De fabricar misiles a producir respiradores, en la pandemia

Tal vez sea una
metáfora del mundo que puede llegar a
venir después de la pandemia. O quizá solo
sea un ejemplo de pragmatismo. Lo cierto es que una fábrica de misiles ha comenzado a producir respiradores.

Lo ha ordenado el
Estado de Israel. Una nación en guerra permanente, que ahora se focaliza en auxiliar a su propia población en una
batalla distinta. La que se lleva adelante contra el coronavirus.

Israel contaba 5.591
contagios y 21 muertes por Covid-19, este miércoles. Tiene disponibles en su
sistema de salud, 2.000 respiradores. Le agregó, en el primer día de producción
de la fábrica de misiles, otros 30. Ese
sería el ritmo de producción: 30 respiradores por día. Treinta aparatos que
hacen todo lo contrario de lo que produce un misil. Vida, en lugar de muerte.

El ejemplo
israelí que se ha concretado en una instalación del grupo estatal Industria
Aeroespacial de Israel (IAI), con la colaboración de Inovytec, una empresa
especializada en insumos médicos de emergencia, es el contrario a experiencias internacionales anteriores, aplicadas en
la Primera y Segunda guerras mundiales. Entonces, se reconvirtieron
industrias para la paz, en fabricaciones para la guerra.

Después de tanto
tiempo y tantas otras guerras, una fábrica de armamento deviene en una
industria médica. Paradojas humanas en
tiempos de pandemia.

Rubén Boggi