Gutiérrez y el MPN enfrentan la coyuntura más difícil

29 marzo, 2020
Gutiérrez y el MPN enfrentan la coyuntura más difícil
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Los caminos paralelos, el sanitario y el económico, comenzaron a conjugarse en la resolución de la fenomenal crisis originada en el coronavirus. En esta conjunción eventual y despareja, en Neuquén hay un factor productivo que juega, como determinante, la partida comandada por el gobernador Omar Gutiérrez y el consejo de notables del MPN: el petróleo. En estos días, la puja política y la presión para definir qué hacer ante el derrumbe del precio del Brent, se ha intensificado. Es probable que tenga una salida, esta puja, no muy lejana. Pero la incertidumbre socava, le quita sustento a cualquier acción política. Y perjudica a Neuquén, acentuando un problema socioeconómico con una gravedad inusitada.

Gutiérrez y el MPN que preside, han buscado ganar tiempo. El tiempo se gana con costos apreciables, a cargo de la deuda, que crecerá. Los 140 millones de dólares que la Legislatura habilitó, serán para ganar ese tiempo, en concreto, para financiar este año singular de cuarentenas y pandemia. Serán 140 millones de dólares y no 100 millones, como había planteado el gobierno, porque se sumó la exigencia opositora para aprobar el permiso legislativo. Los 40 agregados irán a parar a algunos municipios y otros pequeños feudos que financian la actividad del kirchnerismo y sus asociados en el distrito.

Esto ya está. La Legislatura aprobó, y la Ley de Emergencia Sanitaria está promulgada y en vigencia. Se pusieron a disposición de la pelea sanitaria y social unos cuantos miles de millones de pesos. Se refuerza la capacidad de camas, hospitales y personal de Salud pública. Se asignan partidas para la Seguridad. En fin, se gestiona sobre la urgencia de la coyuntura. En paralelo, Gutiérrez trabaja la cuestión económica, que pasa, centralmente, por el petróleo. No está solo en esa cruzada: lo acompañan gobernadores de otras provincias petroleras. Hasta Axel Kicillof, el bonaerense, está interesado, con su ambición de ser incorporado al club petrolero que es la Ofephi, una organización que, según las coyunturas nacionales, pasa de ser un sello a un organismo decisorio, y viceversa.

El planteo de los gobernadores es coincidente. Primero, se remarca una realidad: la diferencia del negocio petrolero entre productoras y refinadoras. O lo que se denomina, en términos de la jerga petrolera, Upstream y Downstream. Los gobernadores le machacan, con conocimiento de causa, que el negocio de los hidrocarburos tiene pocos jugadores en el país. Señalan que YPF maneja el 57 por ciento del negocio de los combustibles, y PAE el 16. Estas son compañías que producen y refinan, es decir, son las llamadas “integradas”. Hay dos grandes, además, que solo refinan: son Shell (17 por ciento del mercado) y Puma (6 por ciento). 

Las refinadoras no tienen problemas con el precio bajo. Al contrario. Pueden comprar el crudo a 27 dólares el barril, y vender combustibles a un precio mucho más alto, pues el precio en Argentina de la nafta y el gasoil no ha bajado, se ha mantenido igual al que tenía cuando el precio del petróleo estaba entre 55 y 60 dólares. Pueden hasta importar petróleo y hacer negocio igual. Este sector no quiere un precio sostén del crudo en Argentina.

Las productoras, en cambio, están apretadas por una tenaza. Tienen un precio que no solo no da rentabilidad, sino que no alcanza para cubrir costos. Y tienen retenciones para exportar. Además, la capacidad de almacenar ante la caída del consumo, es limitada, y habría que invertir para ampliarla.

En concreto, Neuquén, provincia productora por excelencia, la más importante en ese rubro, acusa una caída en regalías muy pronunciada, con una proyección en el corto y mediano plazo, preocupante. Si le quitan retenciones a las productoras que sacan el crudo de Vaca Muerta, igual la provincia no mejorará su recaudación, pues el precio de referencia para las regalías es el tomado “a boca de pozo”. Por eso Neuquén –y el resto de las provincias petroleras- quieren el precio sostén, el barril criollo. Que se sostenga el que se había proyectado en los presupuestos para el año, con una base de 54 dólares el barril. Esto, dice Gutiérrez y los gobernadores, no afectará el precio de los combustibles, pues ese precio se ha sostenido. Lo que sí hace, es quitarles ganancias a las refinadoras. 

Los ciudadanos asisten a esta puja como convidados de piedra. No les cambia el precio de los combustibles. Igual, además, en esta época de cuarentena, el precio de los combustibles ha dejado de interesar porque se consume mucho menos. Es una cuestión centrada en transportistas y profesionales del volante. La gente común está encerrada en sus casas, sin usar el auto.

Lo cierto es, en este contexto, que el impacto de la emergencia sanitaria y el derrumbe de precios petroleros deja a Neuquén en una posición de trabajar a pérdida. Financiándose con emisión de deuda; y, por supuesto, acudiendo a mecanismos de contención del gasto. Relativos, porque, al mismo tiempo, no puede acotarse el funcionamiento del Estado cuando es más importante que nunca que sus servicios funcionen perfectamente. Y hacer funcionar el Estado bien, para el MPN, es crucial. Es la esencia de su ejercicio político. Es el fundamento de su larga hegemonía en la administración de la Provincia.

Rubén Boggi

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