Petróleo y coronavirus se combinan en una tormenta perfecta

10 marzo, 2020
Petróleo y coronavirus se combinan en una tormenta perfecta
09-03-2020_italia-napoles_la_desinfeccion_en_la
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Hay una tormenta perfecta. En estas circunstancias, se salvan generalmente los que mejor preparados están. El coronavirus es el factor que, por fuerza propia o delegada, produjo el más formidable impacto económico de este siglo. El precio del petróleo se derrumbó. Las bolsas cayeron. Italia puso en cuarentena a todo el país: nadie podrá entrar ni salir por un tiempo. Donald Trump anunció medidas especiales para mitigar la crisis global. Aquí, en Argentina, recién (tarde) se está tomando nota de la magnitud impresionante que tiene el momento. El ministro de Salud, Ginés González García, dijo algo tan sincero como impactante: “lo esperábamos para más adelante”.

Argentina, su gobierno, está desorientado. Tiene al campo
(o por lo menos a una parte de él) en un conflicto, en buena medida, provocado.
Tiene el petróleo por el piso, y reaccionó ahora con una convocatoria a las
empresas petroleras, pero sin tener un plan rápido para ejecutar ante la
emergencia, que podría provocar miles de despidos y suspensiones
. Es decir,
tiene los dos recursos económicos más valiosos de la actualidad, en conflicto. Y
tiene, claro, coronavirus. Unos 17 casos, a la hora de escribirse esta nota. Y
un muerto.

Este lunes, entre los casos confirmados nuevos de la
enfermedad, se anotó uno en Viedma. Hubo uno sospechoso en Cipolletti,
que fue descartado por las autoridades, pero sin poder ocultar que hubo
preocupación y que se activó el protocolo, aunque se haya negado después,
ante la trascendencia que había tomado la noticia
. No es tapando y escondiendo
que se enfrentan las tormentas perfectas. Porque, entre otras cosas, se
cobran lo que antes se hizo mal, y lo que en el presente persiste como cosas
mal hechas.
No es metiendo al coronavirus en una disputa con el dengue, por
razones políticas, cómo se enfrentará el mal momento. No es quedándose
tranquilos en que “se mueren solo los más viejos”, ciertamente. Pero, en
medio de la tormenta perfecta, estas cosas se dicen.

¿Y el petróleo? ¿Qué pasa con Vaca Muerta? Este periodista
había advertido el viernes pasado que la situación era extremadamente
preocupante
. Y este lunes terminó de tomar forma el gran problema. Es un gran
tema para los argentinos, porque no hay una política energética coherente,
no la habido en los últimos 50 años.
Este es un país en el que, cuando en
el mundo el precio del petróleo está alto, el Estado se mete y lo pone a un
precio “nacional” más barato, para “no perjudicar” a la gente
; y que cuando
el precio está bajo, el Estado vuelve a meterse para ponerlo más alto y “cuidar
a las empresas para que sigan invirtiendo”.
De ese juego venimos y
persistimos. ¿Qué pasa en otros países? Simplemente compran y venden al precio
real. No buscan impostar, distorsionar. En todo caso, se juega con la carga
impositiva, aliviando o agravando. Nada más que eso.

Ahora, supuestamente, se buscará “consensuar”. Obvio que no
será fácil. Vaca Muerta ya ha enfrentado situaciones de escasa rentabilidad
para el petróleo, que piloteó privilegiando la extracción y comercialización de
gas.
Pero hay otras provincias productoras que son más
petróleo-dependientes. El cimbronazo puede ser fuerte, más allá del tiempo que
dure la coyuntura. También, claro está, para Neuquén, pues su desarrollo más
importante tendrá, al menos, un paréntesis que no se puede medir todavía cuánto
durará
.

Rubén Boggi

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