Ahorcar en la plaza a los violadores de niños

7 febrero, 2020
Ahorcar en la plaza a los violadores de niños
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Pocos crímenes conmocionan tanto como la violación de un niño. Sin embargo, el horror y la repulsión que provoca, no hace más que destacar las impiadosas estadísticas, que indican que los casos de abusos sexuales con menores de edad como víctimas siguen en aumento. Aquí, allá, y en todas partes. Es una pandemia delictiva, una muestra del espanto que encierra, en lo más profundo del espíritu, el ser humano.

Cada sociedad
enfrenta el tema según sus costumbres y creencias. En Argentina, la ley busca
tener contenidos de mayor severidad para estos casos. Cada vez que se conoce
alguno, según su relevancia pública, la sociedad opina. Las opiniones de las
redes sociales son, claramente, mucho más extremas que lo que las leyes
disponen y los jueces interpretan.

En Pakistán, un
país y una sociedad lejana respecto de la nuestra, el Parlamento acaba de
aprobar una resolución que propone, sin anestesia, ahorcar en público a
violadores y asesinos de niños. La resolución fue aprobada por mayoría, a mano
alzada. En Pakistán, en 2018, se denunciaron 3.832 casos de abusos sexuales a
menores.

Hace un mes, en
ese país asiático se aprobó una ley para proteger a los niños con un mecanismo
más rápido de respuesta en casos de desapariciones, castigos para los policías
que no reaccionen a tiempo, y penas severas para los pederastas.

Pero la continuidad
de casos y aberraciones confirmadas mantiene la tensión legislativa. Lo último
es la resolución de ahorcar a los culpables. En una plaza. Frente, incluso, a
las cámaras que podrían transmitir ese espectáculo dantesco a todo el mundo.

En nuestro país
las estadísticas también son extremadamente preocupantes. Hay muchas, y dudas
sobre la exactitud. Están elaboradas en base a denuncias y registros de casos
que llegaron a tribunales. Según publicaciones del año pasado, se registraron
16.974 víctimas de abuso sexual en 2018. De ese total, se estima que 40 por
ciento eran menores. Casi 7.000 casos. Un dato tremendo, al que no se le da la
importancia real que denota.

No hay un día en
que la oficina de prensa del Ministerio Público Fiscal no informe sobre algún
caso de abuso que está en proceso de acusación y de ser juzgado. Los hechos de
abuso, violación, acoso, proliferan. Hay una llamativa cantidad de
reincidencias en el delito.

Argentina, Neuquén, no es Pakistán. Pero, tal vez, pensar la situación con una visión amplia, observar que estamos ante una pandemia perversa, y no ante fenómenos locales, ayude a ir encontrando los antídotos para que la enfermedad no avance, para que nuestra sociedad no se convierta en una en la que solo pueden sobrevivir los más fuertes.

Rubén Boggi

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