El viernes, tras años de conflicto, habrá contrato con el EPAS

El viernes se firmará un contrato que espera desde el año
2006, año en que se reformó la constitución provincial, y que hasta ahora se
había transformado en el ejemplo más evidente de cómo una diferencia política
podía obstruir una relación entre un gobierno municipal y el ente prestador del
servicio de agua y saneamiento. Efectivamente, se rubricará el contrato entre
el municipio capitalino y el EPAS: un documento necesario, sobre el que el MPN
y Horacio Quiroga nunca se pusieron de acuerdo.

El contrato tuvo fecha y horario para la firma en un
encuentro que el gobernador Omar Gutiérrez mantuvo con Mariano Gaido, en la
Casa de Gobierno.

“Con Mariano Gaido trabajamos en equipo, ultimando detalles
para la firma del contrato de concesión del EPAS, que se firmará el próximo
viernes y nos permitirá mejorar la prestación de dos servicios tan esenciales
como el agua potable y saneamiento”, dijo Gutiérrez, al cabo de la reunión.

El contrato regirá la relación entre el concedente
(municipio) y el concesionario (la empresa provincial). Es una relación que,
sin contrato, fue una permanente fuente de conflictos, alternados de vez en
cuando con algunas coincidencias. Ahora, ya sin diferencias ideológicas entre
gobernantes, el contrato se hará realidad.

Dos cosas fueron remarcadas: el anexo III, donde se estipula
el plan de mejoras y expansión de las obras estructurales necesarias que
acompañarán el crecimiento de la ciudad; y que las adecuaciones tarifarias
serán, a partir de la entrada en vigencia, reguladas por el Concejo Deliberante.

En 2011 la ciudad de Neuquén sancionó la ordenanza 2395
promulgada por decreto 1638, que establece el marco regulatorio del servicio
público de agua y saneamiento de la localidad y reconoce al EPAS como único
concesionario del servicio. Ese marco regulatorio devino todos estos años en
abstracto, por no existir una relación contractual.