La oportunidad de Gutiérrez y Gaido depende del MPN

29 diciembre, 2019
La oportunidad de Gutiérrez y Gaido depende del MPN
gutierrez-gaido
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Hay un solo dato económico, objetivo, irrebatible, que sirve
para ilustrar la ventaja que ha ganado Neuquén por su desarrollo no
convencional de petróleo y gas: en los últimos cuatro años, generó más de
6.000 puestos laborales nuevos en el ámbito privado, en un país que perdió más
de 200 mil puestos de trabajo
.

El dato no sirve para justificar una especie de paraíso en
el infierno, pues la realidad social es compleja, y, casi nunca, satisfactoria
de pleno. Pero sí permite justificar la vigencia del modelo político que
gobierna en Neuquén, el del MPN,
y la tremenda oportunidad para dos figuras
emergentes de ese modelo, y representativas de su realidad concreta: Omar
Gutiérrez, el gobernador, y Mariano Gaido, el intendente de una capital
neuquina que volvió al MPN después de 20 años de negarle supremacía.

Gutiérrez ganó la continuidad para cuatro años. Su oportunidad
es consolidar en Neuquén, primero, el desarrollo pleno de la producción de gas
y petróleo en Vaca Muerta. Es una tarea difícil, pues no depende solo de su
gobierno
, sino también -y, se diría, fundamentalmente- de lo que haga el
gobierno nacional, el de Alberto Fernández. En paralelo, Gutiérrez sabe que la
ocasión es única para profundizar la diversidad económica en una provincia
que depende excesivamente de las actividades extractivas
. En tercer lugar,
la oportunidad se abre por el lado del conocimiento, quizá el desafío más
arisco de los que se le presenta al gobernador, ya que la decadencia educativa
argentina ha contagiado a todos los distritos
, en mayor o menor medida, en
un cataclismo que combina fracasos pedagógicos y despilfarro de recursos
económicos.

Gaido tiene ante sí una oportunidad gigantesca. Hay que
tener en cuenta que este hombre, formado en la máquina estatal emepenista, ha
debutado, con éxito, en las difíciles lides electorales en el distrito más
importante de la provincia. Su gestión está integrada, en el principio, al
menos, por una amalgama interna y externa muy compleja
. Es posible que
sostener la amalgama le comience a quitar fuerzas más adelante; y aún si decide
no sostenerla, igual requerirá un esfuerzo adicional. Ese costo a pagar
por la forma en que llegó a los votos necesarios, es un factor a contemplar en
el cálculo de posibilidades; pero, ciertamente, la oportunidad es tremenda, porque
la capital neuquina es la ciudad que más impacto social, económico y cultural reflejará
del crecimiento que motorizará Vaca Muerta
: tener el timón en esta
coyuntura es o puede ser muy trascendente.

Lo más importante a entender, cuando se especula sobre la
gran oportunidad de Gutiérrez y Gaido, es que representan, cada uno a su manera
y con distintos contenidos y responsabilidades, a un océano en movimiento
permanente: un mar de personas e intereses aferrados o simplemente integrados
al poder desde hace décadas
. Esta masa líquida, en términos políticos, es
el MPN. Este partido, al que sus teóricos prefieren siempre denominar
“movimiento” más allá del nombre propio, en un intento de explicar la presunta
diferencia con cualquiera otra organización en Argentina, y aún, en el mundo, es
el que está en la base sobre la que afirman los pies estos dos actuales
referentes. Gutiérrez y Gaido sintetizan lo visible del iceberg; y el tamaño de
la oportunidad, tiene que ver centralmente con la magnitud de lo que no se ve a
simple vista.

No es, pues, exagerado ni desatinado afirmar que la
oportunidad de Gutiérrez y Gaido depende, casi exclusivamente, del MPN y de
cómo resuelva el partido-movimiento las tensiones que crearán, inexorablemente,
tanto Gutiérrez como Gaido en función de las decisiones de gobierno que vayan
tomando y aplicando.

A Gutiérrez se lo ve renovado, tanto en su fe como en su
tremenda hiper actividad. Los primeros gestos de la gestión que comenzó el 10
de diciembre fueron muy sugerentes: denotan la conciencia de que había cosas
que cambiar
. Lo que más asoma como primer balance de esta veintena de días,
es la firme intención de usar para provecho propio el impulso inicial de una
gestión nacional a la que se siente cerca, por distintos motivos
. Es
evidente que, al menos al principio, hay mayor cercanía con la red armada por
el neo peronismo de Fernández que la que hubo en el principio con aquellos
primeros días de Mauricio Macri.

A Gaido se lo ve entusiasmado. No es poco afirmar
esto, pues la asunción de una gestión tan compleja tiene algo de
deslumbramiento, pero también de obnubilación, pues se descubre el tamaño de
la tarea y la magnitud de los escollos a superar solo cuando se está allí, al
mando, ya lejos de la teoría y sumergido en la práctica.
El nuevo
Intendente marcó la cancha de entrada, al disponer pleno trabajo para el
verano, sin vacaciones a la vista; al mantener cubiertos con acciones concretas
los fines de semana; y prepara, para no más allá de dos semanas, los
anuncios de obras públicas con los que pretenderá marcar aquello de “mejorar”
lo que hizo en la materia ese gran artífice ciudadano que fue Horacio Quiroga.

En la base de Gutiérrez y Gaido, el mar del MPN se agita y
tenderá a agitarse mucho más. Sintetizan el 90 por ciento de lo que el MPN
tendrá para mostrar como gestión política. Se han mostrado juntos como nunca
se había visto a un Gobernador y un Intendente.
La oportunidad es tan ancha
como el horizonte; pero el destino de esa oportunidad no les pertenece, ya
que dependerá de cómo el MPN resuelva su íntimo entramado, y de relación con
otras fuerzas políticas
, en cuatro años que serán los más intensos y
relevantes de la historia para una Neuquén que necesita, de una vez por todas, conjugar
su crecimiento con el progreso.

Rubén Boggi

Foto: Luis Amaolo.

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