La caída de las opciones, y el entusiasmo peronista

19 octubre, 2019
La caída de las opciones, y el entusiasmo peronista
monzani
monzani

Estamos meados por un dinosaurio, fue la expresión,
traductora del momento que atraviesa Juntos por el Cambio en Neuquén
, a una
semana de las elecciones nacionales. La pronunció, en la intimidad, uno de los referentes
del sector político, cuando apenas habían pasado unas horas de conocerse que
Guillermo Monzani, el flamante intendente de la capital, había sido internado e
intervenido quirúrgicamente
en la clínica Pasteur.

Monzani había asumido el jueves, horas antes de su crisis de
salud, provocada por una infección en el bazo. Su asunción, recordemos, fue
obligada por la muerte de Horacio Quiroga
. En solo una semana, el sector
político que gobernó la ciudad durante 20 años, sufrió el peor golpe de su
historia, al perder a su principal dirigente, dueño de un capital de votos
propios.
Así, no solo se quedó Neuquén sin el intendente que había
gobernado cuatro períodos, sino que también se quedó Juntos por el Cambio
sin el candidato a senador
. Lo que vino después, fue solo una prueba
contundente de la mediocridad de la política argentina.

Primero, la candidata que acompañó a Quiroga en la fórmula,
la emepenista Lucila Crexell, se rebeló contra la interpretación que
hizo la jueza electoral, Carolina Pandolfi, de suplantar a Quiroga por Pablo
Cervi y dejar a éste en el primer lugar en la lista. Según Crexell,
había que correr a los candidatos, sin lesionar la representación de género, y dejarla
a ella como primera candidata al Senado
. La jueza no conoce la Ley, sostuvo
la actual senadora. Los dirigentes locales de Juntos por el Cambio avalaron
lo dispuesto por la jueza
, y, en los hechos, tal como están las cosas, el
sector ha perdido los dos candidatos: uno por fallecimiento, la otra por
decepción anticipada.

Segundo, la justicia avaló el hecho de que Juntos por el
Cambio conservara la boleta tal cual había sido impresa. Por ende, los
votantes encontrarán en el cuarto oscuro la boleta con la fórmula al Senado de
Quiroga-Crexell. Es la primera vez en la historia neuquina que se votará a
un muerto.
El dislate, impresionante, pasó casi con naturalidad, a tal
punto, parece ser, los argentinos se han acostumbrado al subdesarrollo,
que se justifica en razones de tiempo y dinero una anomalía semejante. Por
muchos menos, se han anulado votos antes
.

Más allá de lo que pase el domingo 27 -es cada vez más
posible que el MPN, con Guillermo Pereyra, pueda retener la banca y la
representación en la Cámara
- el impacto de la muerte de Quiroga, la
enfermedad de Monzani, y la incertidumbre sobre el futuro, golpearon al sector
que todavía debe comandar la Municipalidad más importante de la Patagonia,
hasta el 10 de diciembre. Es que ahora también se afecta la transición.
El núcleo duro que había formado Quiroga, varias veces puesto en crisis por
peleas políticas con vistas a candidaturas, tendrá que atravesar un duro
examen para llegar a diciembre
y pasar de la incitante excitación
permanente de la gestión, a la más lenta y hasta aburrida tarea de
construcción en el Deliberante.

En ese cuerpo deliberativo, dos personas serán las que
pugnarán por mantener la llama de la oposición al modelo del MPN encendida: Marcelo
Bermúdez y José Luis Artaza
. Justo las dos personas que deberán hacer
malabares para sostener el ritmo intenso de la obra pública que Quiroga dejó en
marcha, con el compromiso, en muchas de ellas, de inaugurarlas antes de
dejar el gobierno.

En el contexto, los únicos entusiasmados son los
peronistas
. Están casi seguros de que ganarán las dos bancas al Senado, con
Oscar Parrilli y Silvia Sapag como candidatos. Y que sostendrán la banca
de Darío Martínez. Confían también en que ese triunfo que vaticinan en
Neuquén tendrá equivalencia en la mayoría de los distritos del país, y que el
próximo gobierno será inexorablemente el de Alberto Fernández
. En el
entusiasmo, que deberá ser refrendado por los hechos- imaginan para el caso de
Neuquén un crecimiento que haga recuperar al peronismo provincial su
esplendor perdido
. Ya ven la posibilidad de un contexto parecido al que
precedió a la década del ’70 en la provincia, con una construcción en
paralelo con el MPN, con Vaca Muerta como motor principal para tener un ida y
vuelta fluido con el poder central de la República,
o de lo que sea que
quede como destino para los argentinos en los próximos años.

Claro que todo esto sucede en la especulación del entusiasmo
antes de tener razones reales y concretas para entusiasmarse. El país es poco
previsible, lo acaba de confirmar
. Cualquier cosa puede pasar, y la
felicidad aparece lejana, con un presente donde avanza la pobreza, el
narcotráfico, la decadencia institucional, y un desapego extraordinario por
el respeto y las formas de la democracia.

Rubén Boggi

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