El MPN se prepara para ser oficialismo y oposición

5 octubre, 2019
El MPN se prepara para ser oficialismo y oposición
gutierrez koopman gaido
gutierrez koopman gaido

En el reino de la felicidad, la falta de ella es lo que justifica su existencia. En la Neuquén de los indicadores victoriosos, es también lo que contrasta o difiere, lo que permite ameritar esa curiosa realidad que lleva 58 años de construcción desde el MPN: cómo se redefine y regenera la mecánica insaciable de la administración política, el comando de una provincia que hoy sobresale no tanto por ser perfecta y maravillosa, sino por el hundimiento abrupto del mayoritario resto de la República.

Lo que viene en Neuquén -falta ver qué pasa el 27, con las elecciones nacionales- es una hegemonía fuerte del MPN, con una oposición básicamente aniquilada. Esto resultará en una coyuntura que podrá durar mucho o poco, pero que inexorablemente se dará, en la que el partido provincial suplantará esa oposición externa, por la que es capaz de generar dentro de su propio organismo. Será así porque la mecánica de la política lo exige, ya que es imposible crecer o desarrollarse sin el conflicto, pues es el conflicto el que obliga, el que exige, el que demanda, el que rompe la abulia estática en la que suele caer el ser humano.

Los gérmenes del conflicto necesario están plantados, obviamente, en ese aparato estatal desmesurado donde habita el MPN. Hay indicios ya. Por ejemplo, la movilización de las organizaciones sociales que organizaron la puesta en escena de “almorzando con Vanina Merlo”, frente la Casa de Gobierno, evidenció que hay una apretada al gobierno que deriva no solo de la situación social y económica, sino -se diría que fundamentalmente- del cambio de conducción política que hay y habrá en el área del renunciante Mariano Gaido.

Las caretas de Merlo provocaron una reacción desde el sector que usufructuará el espacio político. En las oficinas del Gobierno comenzó a circular una enfática nota para que “los y las abajo firmantes” testimoniaran su defensa de la ministra, a quien -afirman- atacan por ser funcionaria, pero, sobre todo, por “ser mujer”. La nota, probablemente, no ayude mucho a la ministra, pues sus problemas no están en la relación con los pequeños grupos piqueteros, ni con el tratamiento mediático de su figura, sino dentro mismo de la mega-estructura política del Estado, que enfrenta cimbronazos en la era de la transición hacia la hegemonía de la oposición externa inexistente.

Se observa también alguna turbulencia en el área seguridad, pues la sucesión no está clara, y, por ende, hay tirones, zancadillas, y situaciones objetivas que estallan, cobran dimensión mediática, y evidencian que en el corazón de la seguridad provincial -que es la Policía- hay conflicto político. La Policía sufre estrecheces económicas, sus efectivos deben volcarse a los adicionales casi masivamente para engrosar el salario. El jefe policial actual, Ruben Tissier, es un profesional que no quiere saber nada de manejos políticos y apariciones mediáticas, y entonces ese rol -el de poner la cara, enfrentar situaciones sociales, conducir políticamente- está como ausente o bien es ocupado por otros. El secretario de Seguridad, Gustavo Pereyra, camina por la delgada línea roja con experiencia, conocimiento y buen talante…pero ¿se quedará en su función en la gestión que empezará en diciembre, si es que no se le ofrece subir un escalón más, estar en la cúspide del podio?

Paralelamente, se prepara la transición y la asunción en el gobierno municipal capitalino, que es, a la postre, el hecho político más relevante de este año en la provincia para el MPN. Gaido tiene una impresionante lista de promesas que cumplir desde allí, algunas de ellas, sin demasiado plazo. El equipo de la transición tiene gente con conocimiento en la materia, como María Eugenia Ferrareso y Alejandro Nicola. Tiene, también, a Fernando Schopoliansky, ducho también en la materia, sólido en economía, e incondicional del político, abogado, y diseñador de opciones de centro izquierda, más conocido como Mariano Mansilla. El MPN construirá en la municipalidad capitalina no solo una gestión concreta y diferenciada de la de Horacio Quiroga, sino también una opción política para el 2023.

Las opciones serán varias, es oportuno decirlo ya, y todas saldrán desde algún lugar del MPN. En el tramo final de la campaña nacional, ya superada la instancia del municipio, se empezaron a ver señales más claras. Por ejemplo, la carta abierta firmada por Alma Chani Sapag, la diputada nacional, convocando a militar fuerte por el triunfo de la fórmula del MPN que lidera Guillermo Pereyra. Esa carta movió sugerencias interesantes, y permite deducir que Jorge Sapag, el hermano de la legisladora, incrementa su actividad política a medida que Alberto Fernández se acerca a la posibilidad concreta del poder en Argentina. El peso de Vaca Muerta es determinante para lo que viene. Vaca Muerta, y el campo, son las dos economías viables y en marcha que tendrá que usar sí o sí el próximo gobierno para atraer al territorio nacional las divisas necesarias.

Rubén Boggi

 

 

 

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