El MPN petrolero crece y puede ser clave en el futuro inmediato

1 septiembre, 2019
El MPN petrolero crece y puede ser clave en el futuro inmediato
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De las elecciones del domingo en Neuquén (Plottier y Rincón de los Sauces) quedará, muy posiblemente, una consecuencia con impacto político futuro en la provincia, desde, por supuesto, el MPN. Esa consecuencia, en estado todavía larval, se construye desde el sector petrolero del partido provincial, y tiene que ver con una cuestión objetiva, que es el fin del mandato del intendente de Rincón de los Sauces, Marcelo Rucci, y –al menos así se lo prevé- su posterior desembarco en el distrito capitalino, para trabajar de lleno en dos frentes: el sindical, desde el gremio petrolero, y el político, abundando en militancia y desarrollo emepenista-peronista.

Hace tiempo que en el sindicato petrolero se barajan posibilidades a futuro, acerca de la mejor manera de establecer una continuidad y a la vez prolongación de la larga hegemonía total que diseñó y protagoniza el senador Guillermo Pereyra. El núcleo duro de ese enclave con aspiraciones de poder basadas en el progresivo auge de Vaca Muerta, está integrado por el mismo senador, por Ricardo Astrada, Ricardo Dewey, y Marcelo Rucci. Estos referentes (hay otros, por supuesto) son, podría decirse, los soportes de la carpa chica del poder político-sindical que se abastece del gas y del petróleo de la cuenca neuquina, tanto o más que aquel que descansa en la Calle La Rioja y General Roca, actualmente liderado por Omar Gutiérrez.

De ese trío de oficiales del mariscal Pereyra, Rucci es quien más se destaca por sus características y ambiciones políticas, y de hecho, ante la bisagra histórica que le presenta la vida tras dos mandatos como intendente en Rincón, quien está pronto para crecer y desarrollar alguna opción –sea de continuidad o incluso de cambio- en el MPN estrictamente petrolero. El sindicato que conduce y seguirá conduciendo Pereyra, tiene mucho para hacer y construir en el futuro inmediato. Un pueblo nuevo, prácticamente, en Añelo; y una virtual ciudad de Salud, frente al aeropuerto capitalino, que incluirá una súper clínica para la infancia, algo que en Neuquén hace falta. La actividad sindical entronca con el desarrollo impactante de la obra social petrolera, y el crecimiento aparentemente indestructible de Vaca Muerta, (aun en medio de las vacilaciones políticas argentinas) augura un germen de construcción política paralelo a estas concreciones inexorables.

El contexto que se ofrece a estas intenciones es rico, complejo, y con un buen nivel de incertidumbre. En primer lugar, por la contingencia nacional: si bien la industria petrolera está preparada para soportar cimbronazos más duros que el que atraviesa en estos momentos Argentina, también es cierto que este país, y sus gobiernos cambiantes y contrastantes, se las ha arreglado a lo largo de una historia de cien años para estropear oportunidades energéticas impresionantes. Por eso, todos están con la guardia arriba, y buscando afanosamente la manera para que Vaca Muerta se constituya en un pacto al estilo de la Moncloa, un acuerdo inédito entre los que perderían con los que ganarían, para poner el primer ladrillo de un muro original, el que establecería por primera vez en mucho tiempo una política de Estado respecto de la joya geológica con tecnología no convencional, y la blindara, por ende, protegiéndola de los vaivenes desgraciados.

Por eso, el contexto indica y apunta a la importancia creciente, en Neuquén y en el MPN en especial, de la vanguardia petrolera como línea cada vez más importante en la estrategia del partido gobernante. No son pocos los que empiezan a ver, o confirmar, que el partido necesita de este gremio más que nunca, y que podrá necesitarlo todavía más en los meses y años que vienen.

Por ahora, son cuestiones que se evalúan, no hay nada escrito ni pactado. Pero se ve venir la consecuencia indirecta del domingo de elecciones, que, si los planes funcionan, se correspondería con la de otro domingo electoral, el del 27 de octubre, en el que se pretenderá ratificar la banca que actualmente ocupa en el Senado Pereyra. Si estos pasos se cumplen (en el medio, está la posibilidad de Mariano Gaido en la capital, el 22 de septiembre), el MPN se empezará a ver a sí mismo como un partido político más importante que lo que hasta ahora ha sido, virtual dueño de un desarrollo económico único y singular. Una herramienta de poder distrital que tal vez empiece a trascender más allá de esos límites.

Rubén Boggi

 

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