El renovado protagonismo de Sapag: un antes y un después

19 agosto, 2019
El renovado protagonismo de Sapag: un antes y un después
jorge sapag
jorge sapag

Jorge Sapag ganó, por decisión propia, un protagonismo inusitado –si se toma el promedio de los últimos años de sus apariciones públicas- en estos días, relacionado este afán protagónico en un interés muy concreto, que es el de Vaca Muerta, y su ingreso imprevisto en un callejón lleno de oscuridades intervencionistas de parte del Estado, que objetivamente amenazan y perjudican el horizonte inmediato y a largo plazo de las inversiones previstas: nada menos que 200 mil millones de dólares.

Sapag copó la parada de resistencia y rechazo al decreto presidencial (de Necesidad y Urgencia) que congeló el precio de los combustibles desde el pozo a los surtidores, ya que para hacerlo eligió fijar un precio del barril y del dólar referenciado al 9 de agosto, es decir, antes de las PASO y su efecto devaluatorio fulminante.

Entiende el ex gobernador neuquino –quien es la voz política quizás más autorizada y respetada desde la industria petrolera global- que Mauricio Macri se ha equivocado profundamente con esa decisión, al congelar una variable de la economía atada estrictamente al desarrollo, las inversiones y el crecimiento, sin congelar el resto. Para Sapag, el gobierno bien podría meter mano en el componente impositivo del precio de los combustibles (48 por ciento del total) y obtener el mismo efecto para los consumidores, con la diferencia que el esfuerzo lo haría el Estado nacional y las provincias, con carga repartida, y sin concentrarlo en una patriada que atenta a todas luces contra el futuro de la propia patria.

Aquí conviene apuntar que la intensidad de la argumentación de Sapag, más el énfasis político puesto, permite relacionarlo con lo que viene, más que con lo que muy posiblemente se irá. Las elucubraciones sobre lo que se podrá armar en el futuro entre Vaca Muerta, un gobierno posible de Alberto Fernández, y el MPN, son moneda corriente en estos días entre todos los analistas políticos. Quien más, quien menos, tocan todos de oído. Pero, al mismo tiempo, hay que decir que objetivamente esto que está pasando no sucede de buenas a primeras. Estaba preparado. En todo caso, lo único que ha ocurrido es la precipitación, por razones evidentes, de una situación que era inexorable, y que comienza ahora a pergeñar la huella por donde transitará esa maquinaria de poder incesante que es el MPN.

Rubén Boggi

 

 

 

 

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