Devaluación, congelamiento, y asunción plena de realismo en el MPN

17 agosto, 2019
Devaluación, congelamiento, y asunción plena de realismo en el MPN
Ministro Lopetegui en loma Canpana
Ministro Lopetegui en loma Canpana

El fulminante impacto de las PASO provocó una devaluación del peso asimismo impactante; el gobierno de Mauricio Macri entró en el oscuro corredor de la desesperación ante lo impensado; entre los manotazos a diestra y siniestra para procurar volver a encarrilar una situación desmadrada, acudió a recetas que no estaban en su recetario, sino, en todo caso, en el que usa el contrario, el de los apellidos Fernández. De allí salió el congelamiento de precios de combustibles, con barril criollo y todo, es decir, la recuperación de aquella medida que le hiciera perder miles de millones de dólares a Neuquén en la primera década del siglo. Esto cortó por el medio la permanente interna entre el poder real y el poder soñado que se vive en la política neuquina. Y ayudó a convulsionar un poco más todo, territorio emepenista adentro.

Este sábado desde el gobierno de emitió una señal conciliadora: una reunión, presuntamente armada para el miércoles, a la que estará especialmente invitado el dueño principal del formidable recurso Vaca Muerta, el gobernador neuquino Omar Gutiérrez. El encuentro, estaba previsto, será con Gustavo Lopetegui, el secretario de Energía, y la convocatoria, se advierte, es a todas las provincias productoras de hidrocarburos, a la principales operadoras de la industria del sector, y también al sindicato más fuerte, que representa el actual senador, y candidato para continuar, Guillermo Pereyra.

Es evidente, lógico de toda lógica, que nadie quiera frenar a Vaca Muerta, el único emprendimiento productivo-industrial que se ha logrado poner en marcha en los últimos mediocres años de Argentina. Vaca Muerta –y especialmente Neuquén- han recibido las más importantes inversiones, y es el proyecto de desarrollo más firme que tiene el país, teniendo en cuenta que produce nada menos que energía, es decir, lo que hace falta para mover al resto. El congelamiento de precios de combustibles, que implica un valor diferenciado y “nacional” para el dólar, además de un precio fijo (59 dólares) para el barril de petróleo, amenaza todos los planes, y, además, los recursos provinciales. ¿Se encontrará una salida a este callejón de la muerte insólitamente provocado por el mismo gobierno que liberó las tarifas, quitó el cepo del dólar, y pontificó sobre la apertura irrestricta al mundo de la economía argentina?

Por lo pronto, el congelamiento unió en el reclamo y el rechazo a las empresas, a los representantes de las empresas sindicalizados (IDEA), a los sindicatos, y a los gobernantes provinciales. La sombra de una caída en los recursos en medio del vendaval devaluatorio se abatió, principalmente, sobre el MPN, que salió rápidamente a advertir sobre funestas consecuencias, incluso para los municipios, incluso para el municipio capitalino, el que está en juego el 22 de septiembre, y al que aspira a “recuperar” el partido provincial, con Mariano Gaido, en una campaña como hacía mucho no se veía. La situación, sin embargo, no es lineal, porque para adentro del MPN y sus laberínticos planes, el impacto no es parejo, y discrimina entre quienes lo sienten de lleno como un freno objetivo, y quienes, por el contrario, lo perciben como un empujoncito más hacia una realidad de escenario nuevo, con recuperados amigos peronistas y renovada euforia populista puesta al servicio de la construcción de una opción febrilmente obsesiva para la continuidad, en el 2023, del eterno partido del petróleo y el poder en la Patagonia argentina.

De cualquier manera, pase lo que pase en el encuentro del miércoles, la constatación del trágico destino recurrente que sufre el país, que es mostrado ante cualquier traspié de cualquier gobierno, puede calar hondo en la conciencia ciudadana. Ha sido un golpe muy fuerte, expresar un día el deseo de cambiar Presidente, y al otro, tener la evidencia de un bolsillo 30 por ciento más flaco, con todas las incertidumbres renacidas. Para Neuquén, implica además otra renovada constatación, la de la imposibilidad de ser un territorio insular y la vez, mediterráneo. No hay isla que valga cuando el más de 30 por ciento de pobreza se pauperiza como resultado del contexto nacional, y al mismo tiempo, se advierte que los recursos pueden caer, en lugar de aumentar.

En este sentido, las PASO pueden oficiar, muy bien, de toma de conciencia de lo efímero que son los planes a largo plazo. ¿Cómo planificar, de verdad, en un país que pega estos saltos al vacío, con esta facilidad, este descaro? El MPN tomará conciencia de lo efímero, sin duda alguna. Tal vez le sirva para poner un poco de realismo en medio de una peligrosa escalada de la soberbia del que gana siempre. Así, de pronto más humilde, es posible que se reconsideren algunas aventuras, y no se llegue al punto sin retorno en donde, como gustaba decir Felipe Sapag, se da un solo paso de lo sublime a lo ridículo.

Rubén Boggi

 

 

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