Argentina terminó bien, con triunfo, e injusto castigo para Messi
La selección argentina siguió mejorando, en su camino de menor a mayor en la Copa América, le ganó a Chile 2 a 1 y finalizó tercera en el torneo, en un partido con un arbitraje muy malo, que produjo, entre otros desastres, la expulsión de Lionel Messi.
Messi fue expulsado con tarjeta roja dos veces en su carrera como futbolista profesional. Las dos veces, jugando en la selección argentina. Las dos veces, con decisiones injustas de los árbitros. Otro de los pesares que arrastra el mejor jugador del mundo en su peregrinar con la celeste y blanca.
En este caso, fue un enfrentamiento con Medel, quien reaccionó con tres pechazos contra el argentino tras una jugada intrascendente. El árbitro los expulsó a los dos. Debería haber echado solamente al chileno.
Argentina ganó bien. Aprovechó dos corridas, una de Dybala, otra de Agüero, para marcar los goles en el primer tiempo. Después, tuvo más oportunidades, que abortaron o el arquero Arias, o la mala puntería.
Una vez más, la solidez vino de la defensa, con Foyth, Pezzella, Otamendi y Tagliafico muy afirmados; y de la mejor tarea individual en la Copa, que le ha correspondido, sin duda, a Leandro Paredes.
El juego se le dio de la manera que mejor luce este equipo: saliendo rápido de contragolpe, o recuperando la pelota en el medio. No es un equipo que se distinga por atacar continuamente ni manejar todo el tiempo desde la posesión del balón.
Chile hizo un torneo mediocre. Es un equipo duro, pero en decadencia desde la brillantez o agudeza del juego. Además, perdió a Alexis Sánchez por lesión, y se notó esa ausencia temprana. El gol del descuento le llegó por un penal cobrado tras revisión del VAR. Lo ejecutó Arturo Vidal, violento y al medio del arco.
Argentina tiene para empezar el largo camino de la renovación. Paredes, Foyth, Dybala, De Paul, Lo Celso, son figuras que se han probado en esta competencia y auguran un conjunto estable para terminar de cuajar equipos muy competitivos.
Si hay o no renovación por el lado de la conducción técnica, se sabe, es más una circunstancia política que estrictamente futbolística.
