De aquel Salvatori-Alfonsín a este Gutiérrez-Macri

30 junio, 2019
De aquel Salvatori-Alfonsín a este Gutiérrez-Macri
salvatori alfonsin
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En 1988, Neuquén atravesó por una coyuntura muy complicada del país. Gobernaba Pedro Salvatori, y Raúl Alfonsín trataba de comandar un barco que se hundía, en medio de presiones económicas tremendas. No se sabía entonces, pero el MPN debería probar nuevamente su ubicuidad: el país estaba a un año de cambiar, anticipadamente, de gobierno. Asumiría Carlos Menem. Un vuelco entre el no peronismo y el peronismo.

Los contactos del MPN con el gobierno de Alfonsín eran frecuentes, y de confianza. Estaban favorecidos por Felipe Sapag, quien admiraba a Alfonsín tanto como el bonaerense lo admiraba a él. Salvatori hizo buenas migas y Alfonsín estuvo varias veces en Neuquén. En la foto, se los ve a ambos coordinando un trago de buen tinto, en una de esas ocasiones del ’88. Faltaba poco para una nueva asonada militar, una escalada inflacionaria, saqueos en supermercados y toda la parafernalia político-social que Argentina pone en escena durante las crisis recurrentes.

En agosto de ese año, la inflación mensual fue de más de 27 por ciento. Alfonsín, con Sourrouille, lanzó el Plan Primavera, que no alcanzó ningún éxito. Para 1989, la inflación alcanzó más del 76 por ciento en mayo, había corridas hacia el dólar, y en octubre la pobreza llegó al 47,3 por ciento de la población argentina.

Neuquén se debatía en medio de la crisis con todos los argumentos del MPN. Estableció acuerdos sectoriales con gremios y empresarios. Navegó por la crisis con despliegue de asistencia social y medidas de restricción del gasto. Tendió puentes nacionales tanto con el gobierno de Alfonsín que se iba como con el de Menem que venía.

Cuando, en 1991, tuvo que elegir en internas, el partido presentó dos opciones: una continuidad aggiornada, que encarnó en Luis Sapag como candidato, o una renovación más afín al peronismo, con Jorge Sobisch, respaldado entonces por el senador Elías Sapag. Ganó Sobisch, quien sintonizó rápidamente con Menem y las políticas vigentes en esa década. Se privatizó YPF y Neuquén recibió las conocidas entonces como “joyas de la abuela”, un resarcimiento millonario.

En el presente, año 2019, hay muchas diferencias pero también similitudes en la coyuntura. Neuquén aspira a otro resarcimiento histórico, esta vez por lo que aportó en petróleo y gas a precios de regalo en función de los apuros sociales argentinos. Otra vez la coyuntura es seguir con un gobierno no peronista, o volver al peronismo versión siglo XXI.

No hay problemas con eso. El MPN se acomoda, y ya tiene estrategias para cualquiera de las dos opciones.

Rubén Boggi

 

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