Pereyra gana terreno e influencia, fortalecido por sus presuntas debilidades

29 junio, 2019
Pereyra gana terreno e influencia, fortalecido por sus presuntas debilidades
GP - Plaza 03
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Guillermo Pereyra comenzó hace unos 15 días una campaña muy intensa para defender la “boleta corta” del MPN con candidatos al Congreso Nacional para las elecciones de octubre, que él lidera: una muestra de la flexibilidad pragmática del partido provincial, que para las nacionales muestra un sesgo de identidad firme y dura con la provincia, acotado a su sello, mientras que, al mismo tiempo, se abre a una posibilidad infinita de variables colectoras y hasta elude ese sello partidario en el distrito capitalino, donde competirá en septiembre.

La campaña de Pereyra “es de Pereyra”, dicen en el ambiente. Efectivamente, el actual senador asumió la conducción y hasta el financiamiento de la movida electoral más complicada para el MPN. Cabalgando sobre la independencia respecto de los gobiernos nacionales, la seguridad de la continuidad de ese proyecto que se ha convertido en política de Estado en Neuquén, la exaltación del gobierno de Omar Gutiérrez, el veterano líder sindical y político ya ha conseguido ubicarse bien en las encuestas y, además, ser el blanco de disparos mediáticos por parte del oficialismo nacional, lo que constituye, en circunstancias electorales, otro poroto a favor en la partida de truco de las urnas argentinas.

Pereyra compite contra Oscar Parrilli, la mayor identificación kirchnerista clásica que puede mostrar en Neuquén ese sector referenciado en Cristina Fernández más que en Alberto; y contra Horacio Quiroga, quien no es precisamente el más identificado con Mauricio Macri, aunque sí el de mejor perspectiva de votos que puede mostrar el macrismo en Neuquén; acompañado, el actual intendente capitalino, por Lucila Crexell, otra emepenista, quien accediera a su banca en el Senado precisamente como compañera de fórmula de Pereyra.

El senador del MPN tuvo que enfrentar durante la semana un disparo desde las sombras destinado, dicen, a complicarle el frente interno en el sindicato petrolero. Aclaró allí que no tenía intenciones de formalizar una sucesión en ese gremio, sino continuar conduciéndolo. En su campaña para renovar la banca en el Senado no enfrenta nubarrones dentro del MPN, porque ha sabido conducir negociaciones de consenso. En este contexto, sabe igual que su propio partido apuesta relativamente al Congreso, al menos desde sus intereses de gestión. Pero sabe, también, que si consigue la banca, su fortaleza se duplicará tanto hacia adentro como hacia afuera.

Rubén Boggi

 

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