El kirchnerismo neuquino, entre los pactos y la interna
No hay líneas rectas en el peronismo K neuquino, ni nada que ofrezca una sola faz, una única manera de entender lo que pasa. Hay, en cambio, una continuidad de la puja entre dirigentes. Los más nuevos, que quieren emerger sacudiéndose las cenizas de los más viejos; y los veteranos, afirmados en la cercanía del núcleo de las decisiones. Todo, en un contexto de extremo verticalismo, algo que ha distinguido siempre al peronismo, desde Perón para aquí, con especial relevancia en la era K.
La puja está presente, se hierve en la alta temperatura de la coyuntura, que la tiene a Cristina Kirchner como protagonista principal, desde aquella resolución fallida de la Corte Suprema, pasando por el anuncio de la fórmula Fernández-Fernández, y siguiendo por la sentada espectacular en el banquillo de los acusados del juicio oral y público en la primera de las causas iniciadas en su contra que llega a tribunales.
En esta puja, hay un intermediario entre los dos extremos, corporizados por Oscar Parrilli, el confidente y fiel escudero de Cristina, y Darío Martínez, el actual diputado que pretende no solo llegar al Senado, sino también dar vuelta la página de la conducción partidaria cerrando la saga parrillista, inaugurando una nueva camada que, sin renegar de lo anterior, se abra a nuevos rumbos, compromisos y objetivos.
Martínez confirmó este miércoles que aspira a ser candidato a Senador por Neuquén, y que, si alguien desde el peronismo quiere discutir esto, que se presente en las primarias de agosto. Es decir, en buen romance, le ofreció pelea a Parrilli.
El ex secretario general de la Presidencia y titular de la AFI, también confirmó este miércoles que no desestima estar en el lugar que (le diga la jefa) tendrá que estar. No busco cargos, estoy para trabajar, dijo. Pero sugirió muchas cosas. Por ejemplo, que alienta la unidad y la amplitud. Alianza, en concreto, con otros sectores políticos y sociales.
¿Con el MPN también? Se le preguntó. Dijo que sí. Que ya hubo muchas confluencias anteriores. Y que ahora también podía haberlas. De hecho, reveló que se ha reunido, recientemente y en varias oportunidades, con dirigentes del MPN.
Así, la puja dentro del espacio K del peronismo neuquino, es atravesada longitudinalmente por el MPN. No se sabe hasta dónde esto es determinante o relevante. Pero es una realidad, que el kirchnerismo neuquino tiene como opciones la realización de un pacto de unidad, aunque esta no sea una verdad revelada, o bien lisa y llanamente una interna declarada, que ya no ofrecería muchas posibilidades de plasmarse en la competencia real, dada la inmediatez de las elecciones capitalinas.
Rubén Boggi
