Fernández-Fernández: ¿Cambia algo en Neuquén?

18 mayo, 2019
Fernández-Fernández: ¿Cambia algo en Neuquén?
alberto fernandez
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La política, es concreto esto, acentúa en la Argentina su característica de alquimia entre dueños del poder. Todo el Neuquén político este sábado se conmovió ante el anuncio que sacudió al establishment nacional, con la fórmula Fernández-Fernández. El peronismo kirchnerista neuquino también buscó rápidamente enfatizar en que el acto de “grandeza” de Cristina no hacía más que homologar la meta de construcción amplia para derrocar al macrismo.

En todo el país se escucharon los mismos argumentos, pasionales más que racionales. Darío Martínez, que tuvo que buscar una mala foto de whatsapp para testimoniar con velocidad suficiente su cercanía con Alberto Fernández, ahora candidato a Presidente nominado por la propia jefa, se permitió decir que se asiste a la presencia estelar de un estadista.

En el MPN no hubo, al menos en las primeras horas, opiniones de peso. Se estima que la novedad, con ser impactante, no cambiaría los planes ni la estrategia que se viene cocinando. Esta pasa por formar un frente con el PJ en la capital, para enfrentar al oficialismo de la continuidad, que lleva a Marcelo Bermúdez repetido en tantas listas espejo como integrantes hay de la cofradía Cambiemos. Esa estrategia no tiene un aval unánime ni institucional todavía en el MPN; pero, se dice, contaría con el visto bueno, en distintos grados, de tres de los que cortan el bacalao: el gobernador Omar Gutiérrez, el senador Guillermo Pereyra, y el ex gobernador Jorge Sapag, todavía el dueño de la consulta obligatoria, y operador principal del mundo de los negocios emepenistas a gran escala.

Mariano Gaido, el candidato del MPN a la intendencia capitalina, trabaja ya desde hace tiempo sin tener demasiado en cuenta ese factor de frente o no frente, pues esa discusión se la deja el partido del verticalismo horizontal a sus referentes encumbrados en la conducción partidaria. Gaido, miembro del Gabinete todavía, se muestra permanentemente al lado del Gobernador. No quiere que haya la menor duda de la incondicionalidad y reconocimiento a la gestión de Gutiérrez. Hay un valor que a su estrategia de campaña le interesa destacar: el de la buena administración en gestiones del Estado. Ese valor sirve para oponer a lo que –nadie discute, tampoco el MPN- es uno de los destacados de la herencia de Quiroga; y sirve para contrarrestar esas opiniones que ya se hacen correr, de que un triunfo del partido provincial significaría romper con el tradicional equilibrio presupuestario que ha tenido la ciudad más importante de la Patagonia en los últimos 20 años.

Al peronismo ahora le queda terminar de resolver si acepta o no que Oscar Parrilli sea el candidato a senador. Parrilli fue uno de los pocos de la “carpa chica” de Cristina que estuvo al tanto, y participó, de los primeros momentos de la decisión de la Jefa de ir como vice. Esta decisión no cambiaría la intención de Cristina de rodearse, en el Senado, de sus incondicionales, para tener un núcleo duro que responda aun en las peores circunstancias imaginables, esas que se proyectan en el horizonte de los cuestionados tribunales judiciales.

Entre tanto verticalismo caudillista, cabe pensar que en Argentina nada ha cambiado demasiado, salvo la retórica de los dueños del poder, esos que siempre son los mismos, patinados por la grandeza de la retórica democrática.

Rubén Boggi

 

 

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