No todo es color de rosa en Vaca Muerta: hay cosas que preocupan

13 mayo, 2019
No todo es color de rosa en Vaca Muerta: hay cosas que preocupan
gutierrez
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Generalmente no se dicen, salvo que haya algo para obtener a cambio, pero hay cosas del ambiente energético que le preocupan, y mucho, al gobierno del MPN, y que están singularmente relacionadas con ese territorio todavía no definido del todo ni explorado cabalmente, que se ha dado en llamar Vaca Muerta, un disparador hacia el futuro de consecuencias todavía imprevisibles.

Estas cosas remiten, casi siempre, a los vaivenes increíbles de la política económica nacional; pues pasan los gobiernos, y siguen replicando esa incertidumbre que parece inherente, que ya es una constante, una especie de característica que define al propio país, al menos para los inversores grandes, esos que se necesita buscar afuera, porque adentro parece que no existen.

Nombremos tres, entre otras cuestiones, que hoy preocupan:

1.- El tren a Vaca Muerta. Es el proyecto millonario en dólares que pretende unir el actual trazado ferroviario a Añelo, capital no designada pero efectiva del territorio petrolero y gasífero del shale y el fracking. Se sabe ya, con certeza, que este año no se hará ni se avanzará, por estrictas razones presupuestarias. Como había anticipado este diario, el proyecto no cerró en números: se requería un compromiso de carga de 4 millones de toneladas, y se quedó a unas 600 mil de esa cifra, porque entre las petroleras y otros interesados no pudieron prometer más. Dicen que aparecerán más compromisos de carga, y que el año que viene se podría licitar nuevamente, con ofertas más acordes a la realidad de la fuerte inversión que hay que hacer, con tendidos nuevos de vías. Pero, por ahora, prevalece la incertidumbre, lo que es una muy mala noticia para la constante de abaratar costos con mayor infraestructura.

2.- La ausencia de política de Estado que garantice reglas claras y perdurables en el tiempo. Este concepto, que Mauricio Macri había jurado respetar, es básico para el desarrollo a largo plazo de la industria petrolera. El cambio de interpretación de la resolución 46 hizo añicos esa promesa. Las negociaciones no prosperaron, y hoy Tecpetrol presentó una demanda contra el Estado nacional, reclamando el pago de 2.500 millones de pesos más las costas de intereses, por lo que implicó el recorte de subsidios al precio del gas. Tecpetrol opera Fortín de Piedra, el yacimiento que más shale gas produce en Vaca Muerta.

3.- La relación empresas-gobiernos-sindicatos. Iba todo bien, y hasta le dieron un premio Konex a Guillermo Pereyra por aquella adenda al convenio colectivo de trabajo que parecía augurar una era de prosperidad constante sin conflictos a la vista. Pero después hubo 8 muertos en 15 meses, los últimos dos precisamente en Fortín de Piedra. El sindicato armó una estrategia de conflicto sin conflicto, porque se sintió un poco culpable de lo sucedido, y se reivindicó a sí mismo como facultado para controlar la seguridad y el cumplimiento de las normas en los yacimientos. Las empresas empezaron a analizar el tema con preocupación. El gobierno, tanto el nacional como el provincial, mantuvieron por ahora silencio al respecto. No hay dudas de que la situación de paz social petrolera pende de un delicado hilo, y que ese hilo está sostenido más que nada por un hombre: el senador Guillermo Pereyra.

 

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