En el hervor de la crisis, empezó la pelea por el dominio de la capital

6 abril, 2019
En el hervor de la crisis, empezó la pelea por el dominio de la capital
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Las elecciones capitalinas, que todavía no fueron convocadas, influyen ya en el énfasis con que se tratan los temas de la ciudad administrada por Horacio Quiroga; en las últimas horas, el foco estuvo puesto, con ribetes insólitos, en las obras públicas y sus consecuencias, aprovechando que el inédito aluvión de proyectos concretados o por concretarse, desplegado por el municipio, ha alterado la cotidianeidad de miles de ciudadanos.

El enfrentamiento principal –retórico, por supuesto- estuvo entre referentes del MPN y el sector de Quiroga, también referenciado en distintos cuadros políticos que salieron a polemizar sobre presupuesto, superávit, capacidad de gestión, etc. Los conceptos, al contraponerlos y quitarles el contexto, quedan expuestos con cierta gracia grotesca. Por ejemplo, es impresionante que el MPN aparezca diciendo que tener superávit es un pecado mortal, y que evidencia mala gestión, porque sugiere que se ha conseguido gracias a obras que no se han hecho; como también que se le atribuya al MPN el pecado de que se haya beneficiado en su administración con la devaluación del peso y el incremento de la producción petrolera y gasífera.

Lo que ha quedado como balance de esta primera medición de fuerzas y esbozo de ejes de campaña, es que todos se ponen nerviosos cuando se trata de observar y constatar el malhumor popular, que puede darse tanto por el novedoso caos de tránsito provocado por la obra más importante de la gestión Quiroga en la actualidad (el acceso nodal norte elevado); como por la inexorable evidencia de que la educación y las escuelas, que son responsabilidad central del gobierno del MPN, sigue acusando fallas impresionantes que se intentan disimular con el solo expediente de jugar al distraído.

Lo cierto es que Neuquén está empezando a bullir, con un hervor que no se sustenta en la política de comité o de seccional, sino en el terreno concreto de lo que se hace o no se hace. Las obras en sí mismas no explican lo que se hace bien o mal: hay razones más profundas, que vienen provocadas por la larga recesión y la pauperización de algunos sectores en el tránsito de la actual economía nacional.

Mientras se habla de si un presupuesto debe tener o no superávit, hay comercios que cierran sus puertas (este viernes, Lucaioli y Saturno), otros que despiden o suspenden o retiran (Walmart), fábricas en situación precaria (las cerámicas), centros de asistencia social que colapsan por sobredemanda (comedores, albergues) y otras muchas evidencias de las razones reales que alimentan el temor y el descontento, también en la provincia de la Vaca Muerta y los millones de dólares de inversión.

Habrá que contextualizar muy bien cada argumento que se arroja desde la política a la palestra de la realidad, si no se quiere atravesar de un solo paso el mínimo resquicio que separa lo sublime de lo ridículo.

Rubén Boggi

 

 

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