Es como buscar un parto en un pajar

Se les preguntó a los wichis adónde estaba el pasado y señalaron adelante. El futuro está tras la espalda, es lo que no vemos. Unas tres millones de personas buscan en la Argentina sus orígenes biológicos, por fuera del rango que abarca a los hechos producidos durante la última dictadura militar. Si atendemos a la creencia de los wichis, quienes están buscando sus raíces personales y familiares salen a ciegas por el mundo, palpando los datos que van consiguiendo, a cuenta gotas.

Un elemento esencial para la identidad, como lo es el origen biológico, se torna para esas tres millones de personas en un tesoro que -si aparece- debe ser descubierto con espátulas y escobillas de arqueología.

Los testimonios están al alcance de la mano, porque en toda familia argentina o hay un caso o se tiene información de alguien que fue "criado", "entregado", "adoptado" o denominaciones similares. Muchas de estas situaciones fueron analizadas en programas de AM 550 y si bien cada una tiene sus particularidades, en todas aparece "la búsqueda" como el motor de una vida a la que le falta saber de madres y padres verdaderos.

Secreto a voces

Un documental conmovedor se presentó el año pasado en San Martín de los Andes, con cuatro testimonios en primera persona sobre búsqueda de los orígenes biológicos y con el título de "Secreto a voces". Una de las protagonistas, Clara Lis Pereyra, indicó en la radio que aún continúa la búsqueda de su madre y padre "pero la recolección de datos me llevó a encontrar a la partera, que se dedicó al tráfico de bebés", fue llevada a juicio y condenada.

"No sé si me vendieron ni por qué", dijo respecto de sus padres biológicos y admitió que "no estoy acá para juzgar a nadie sobre lo que hizo o dejó de hacer con su propio bebé", pero que sí "se debe señalar que existió -y quizá existe aún- un sistema de entrega de bebés por fuera de lo que establece la legislación sobre adopción". Y que "falta una ley nacional de identidad biológica y de origen, que genere politicas de estado para esta problemática".

Tenemos que entender -señaló- que en cualquier época que se haya producido, la sustracción de la identidad es un delito y no hay amparo social, religioso o piadoso que ampare la lesión a ese derecho humano esencial.

Clara Lis se ha transformado en una referente nacional sobre este tema, a partir de su búsqueda personal y por tener una exposición mediática, al ser una de las voces distintivas de Radio Nacional de Buenos Aires. Así, participó de encuentros en Neuquén y otros puntos del país "porque se trata de orientar y contener, no sólo a quienes buscan sus orígenes sino también a muchas madres que buscan a sus hijos".

En un pajar

A partir del conocimiento de que la familia "de crianza" no es la de origen, todo se transforma en estas personas. Ignacio Montoya Carlotto -nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo- señaló que "tras el resultado de la prueba de ADN, todo se transformó en mi vida" y que le ha llevado varios años "acomodar la cabeza y los afectos", al tiempo de llevar adelante "un camino de conocimiento" afectivo hacia las familias que aparecieron en su vida.

"Hay que entender que muchas veces es diferente la ansiedad o necesidad de saber los orígenes" de quienes buscan o de quienes son buscados. En su caso personal, todo fue muy abrupto ya que a horas de conocer el resultado del ADN, estaba al frente de una conferencia de prensa con una singular repercusión nacional e internacional. Y hace una distinción crucial: quienes encuentran o son encontrados no "recuperan" la identidad sino que le suman a la identidad que tenían uno de los elementos más importantes, sus raíces biológicas.

En este sentido, Clara Lis avanzó hacia lo que significa la búsqueda de los orígenes en un "entorno que oculta, que dice verdades a medias, en forma deliberada o por miedos". En muchos casos "es como buscar un parto en un pajar", porque sólo se sabe "que no se pertenece a la familia o a la historia con la que se convivió durante una vida, sino que hay otra a la que se pertenece biológicamente".

"Mis dos madres y yo"

Entre los testimonios dados a conocer en AM 550, también estuvo el de Sergio Fabián Herrera, quien buscó a su madre biológica durante varias décadas y luego de atar y desatar informaciones, la encontró en la ciudad de Trelew.

"A quien me crió la considero mi madre y a quien me tuvo le agradezco eso, que me dió la vida", señaló. Su vida de búsqueda de los orígenes está contenida en el libro "Un hijo de tres madres" y allí se retrata una de las escenas más conmovedoras que tienen este tipo de historias.

Al momento de conocer personalmente a su madre biológica, Herrera sentó en una mesa a las dos mujeres. Ambas se habían conocido hacía muchos años cuando una daba a luz y la otra era la enfermera. En el medio de ellas, Sergio puso las cosas en su lugar: a una le agradeció darle la vida, a la otra la crianza del resto de su vida.

En todos los casos, la información es el pajar.