Un caso testigo importante para la política neuquina del apriete

13 marzo, 2019
Un caso testigo importante para la política neuquina del apriete
baudino juicio
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En los tribunales neuquinos de la capital se lleva adelante en estos días un inédito juicio penal. Lo sostuvo como querellante el gobierno de Horacio Quiroga, contra referentes del gremio municipal que lidera Santiago Baudino. No hay acusación del fiscal, que no participa, por ende, de las audiencias.

El juicio comenzó el lunes, y finalizará el viernes, día en que se espera el veredicto del juez Mauricio Zabala. No será un veredicto más, sea que condene o absuelva, pues podrá ser el antecedente más importante que se registre para actuar en casos similares que seguramente habrá en el futuro de una provincia acostumbrada a llevar la política a la calle, y allí, en ese territorio común, aplicar la fuerza para dirimir conflictos.

El hecho original es de 2017. Fue cuando el sindicato Sitramune protestó frente al municipio, en la calle, y sobre las escalinatas de acceso, bloqueando los ingresos al edificio, por el cese del contrato de 33 empleadas. Ese hecho no solo provocó, a la postre, el juicio que ahora se cumple, sino también un antes y después en la relación del gobierno de Quiroga con el sindicato de Baudino.

Baudino dice que Quiroga comenzó a “apretar” contratados para que renunciaran a la afiliación al gremio, después de ese episodio. El gobierno municipal, ciertamente, presumió públicamente de la caída de afiliaciones sufrida por Sitramune, que fue real y concreta. Desde entonces, no ha habido paz entre el gremio y el gobierno. Como si se cumpliera un círculo, pues así comenzó la gestión de Quiroga en 1999: enfrentando duramente las demandas sindicales de un gremio acostumbrado a la negociación perpetua del MPN.

Ahora, el gremio dice que solo merecería, en todo caso, una contravención, no una pena. El gobierno de Quiroga, en cambio, sostiene que le cabe una condena por haber violado leyes muy claras, aplicables a cualquier ciudadano, y por ende también a los sindicalistas.

La justicia marcará, en este caso testigo, cuál es la opinión que marcará un momento histórico: o avala la protesta como legítima y legal, o castiga (aunque sea levemente) el accionar, y abre un camino concreto hacia un horizonte que le pondría límites a las políticas del apriete.

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