Campaña nacionalizada, con Ramón más K y Omar menos M

2 febrero, 2019
Campaña nacionalizada, con Ramón más K y Omar menos M
rioseco
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La campaña electoral es previsible, redundante, aburrida, elemental, casi primitiva, y aun así, no llama la atención. La gente, el pueblo, la mira de costado, como una especie de mal inevitable, tolerable solo porque no tener estas cosas es, se sabe, mucho peor, y suele conducir al desastre.

En este contexto que, se insiste, no sorprende, hay cosas igual que decir o apuntar por ser relevantes y sugerentes respecto del resultado que se dará, también inexorable, el 10 de marzo. Una de esas cosas es que la campaña está nacionalizada, al menos por lo que ha pasado esta semana, cuando hubo una decisión del gobierno de Mauricio Macri que atañe centralmente a Neuquén.

Gustavo Lopetegui, después de más de un mes de meditación empeñosa, anunció que la famosa resolución 46 se modifica, sin modificarse, en función de una interpretación de su contenido original.

La 46 es la resolución que fijó en su momento el precio de “referencia” para el shale gas, en 7 dólares el millón de BTU, estableciendo un sistema de subsidio que cubría la brecha entre ese valor, arbitrario, establecido para el negocio fuera bueno y atractivo para las necesarias inversiones, y el valor “real”, es decir, el que fija el mercado.

Lo que anunció Lopetegui es que se mantiene la 46, tal como se lo había prometido al gobernador y presidente del MPN, Omar Gutiérrez, pero se la reinterpreta: ya no se pagará por el total del shale gas producido, sino por la cantidad de producción denunciada originalmente. Eso supone un techo, que en algunos casos –el más relevante, el de Tecpetrol con Fortín de Piedra- desciende sobre la mitad de la producción actual. En concreto, reduce drásticamente lo que las petroleras cobran por el gas producido en Vaca Muerta.

El gobierno tomó la decisión en función del equilibrio fiscal que le exige el acuerdo con el FMI. Era una cosa, o la otra. Aduce que, como no modificó la resolución, no cambió las reglas de juego. Las petroleras entienden otra cosa, y podrían ir a la Justicia. Omar Gutiérrez, en representación del gobierno y del MPN, le envió una carta a Lopetegui exigiendo una marcha atrás inmediata. El MPN no duda en estas cosas: se puso del  lado de las empresas, que es lo que más le conviene circunstancialmente, y que es, por otra parte, el lado en el que ha venido jugando desde el principio, cuando Vaca Muerta existía solo en los papeles de entusiasmados geólogos y empresarios que pagan el sueldo (abundante) de esos geólogos.

La perspectiva nacional sobre la elección de Neuquén se agigantó con la resolución 46. Ya tenía esa perspectiva, por el simple hecho de ser la primera prueba electoral del año en el año electoral. Pero la decisión de Lopetegui (de Macri, en realidad) agrandó ese camino.

En ese contexto, se entiende que se le haya publicado un reportaje, en el diario La Nación, al candidato del kirchnerismo, Ramón Rioseco. En la imperdible pieza periodística, Rioseco confirma y robustece su renovada fe kirchnerista-cristinista. Postula a Cristina Kirchner como una candidata a presidenta inexorable. Afirma que la resolución 46 va en contra de la política energética que el cristinismo trazó con éxito en sus dos últimos años (no en los anteriores diez) cuando re-estatizó YPF. Dice él –también Darío Martínez- que Macri “chocará la calesita” que era Vaca Muerta.

Rioseco, así, termina defendiendo la posición de las empresas que tanto ha criticado en la etapa anterior de la campaña. Es, tal vez, más coherente ahora que lo que lo fue antes, porque de hecho él, como gobernante de Cutral Co, después seguido por su hermano José, tiene una perfecta relación con las empresas que operan en El Mangrullo, el yacimiento “propio” de Cutral Co y Huincul. Esas empresas también soñaban estar amparadas por la resolución 46, y ahora se les pincha el globo, y no se sabe si seguirán con la producción en alza como venían o si pondrán el freno a la espera de que algo, de nuevo, cambie.

La característica de la nacionalización electoral desde Neuquén está marcada, aunque puede variar con otros temas. Tal vez, entre tantos que hay para tratar –Cambiemos machacó un poco con el tema educativo, por ejemplo- surjan otros que convoquen un mayor interés ciudadano. Es difícil, porque el verano pesa, y el bolsillo sigue adelgazando. Pero no hay que perder la esperanza: tal vez se llegue al 10 de marzo con un poquito más de interés del que se percibe por estos días.

Rubén Boggi

 

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