Trump al desnudo

10 diciembre, 2018
Trump al desnudo
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(Especial por Jorge Gorostiza) Stephanie Clifford es una actriz porno norteamericana. Su nombre de batalla es Stormy Daniels. Stormy significa Tormentosa. Y vaya si lo es. Su libro Full Disclosure, que se podría traducir como Completa Revelación, sacó a la luz sus servicios sexuales con Donald Trump, a quien calificó como francamente decepcionante en la cama.

"Fue el sexo menos impresionante que he tenido nunca, pero él no compartía esa opinión", relató Stormy. Respecto del pene presidencial, aseguró que “es más chico que el promedio”, “como un pequeño champiñón con una gran cabeza”. Es la opinión de una experta en el tema.

La tormenta, de todos modos, no es genital sino legal: el departamento de Justicia de EEUU acusa al presidente Trump de ordenar pagar a Stormy Daniels y a Karen McDougal, una chica Playboy, para que no ventilasen sus relaciones sexuales en medio de la campaña presidencial.

El hecho no es nuevo, el ex abogado de Trump, Michael Cohen, reconoció ante el tribunal federal de Manhattan que pagó 130.000 y 150.000 dólares a cambio de su silencio, "a solicitud del candidato" y "con la intención de influir en la elección" de noviembre 2016.

La diferencia es que ahora, por primera vez, los fiscales relacionan a Trump con un delito federal. La acusación no es por pene chico, adulterio o contratación de prostitutas, obvio. Trump enfrenta cargos por violación a leyes de campaña: El candidato ocultó deliberadamente información a los votantes. La estrategia del presidente ha sido, primero, negar los hechos, y luego, argumentar que, si hubo pagos, el entonces candidato no estaba al tanto del hecho.

La fiscalía asegura poseer documentación que prueba un pago de 60.000 dólares que Trump realizó a Michael Cohen como recompensa por haber conseguido el silencio de las dos mujeres. Por el momento no está claro si la acusación prosperará tanto en plano legal como político. El actual equipo de abogados de Trump está haciendo todo lo posible por minar la credibilidad de Cohen y las mujeres, como estrategia para desestimar sus testimonios.

Las recientes elecciones de medio término habilitan al partido demócrata a iniciar un proceso de juicio político en la cámara de representantes, pero el mismo se vería frustrado al llegar al Senado… si todo sigue como hasta ahora.

Sucede que no es la de las mujeres la única causa que vincula a Cohen con Trump. El abogado ya ha reconocido, también, que infligió las leyes de financiamiento electoral y que mintió respecto de la trama rusa. Ambos reconocimientos implican a Trump.

La cuestión del financiamiento de campaña podría llegar a quedar en nada (como parece que sucederá en nuestro país respecto de María Eugenia Vidal y sus aportantes truchos), pero la cuestión rusa es muy otro cantar.

Una parte importante de la sociedad norteamericana no parece dispuesta a aceptar que Trump haya entrado a la Casa Blanca de la mano del Kremlin. Por otro lado, republicanos y demócratas cuentan entre sus filas con parlamentarios que son militares retirados, algunos de ellos formados durante la guerra fría. Ninguno de ellos digiere el sapo ruso.

Estos hechos podrían dar vuelta los votos necesarios en el Senado para destituir al presidente Trump. Por el momento parece difícil. Pero no imposible. Por lo bajo, no pocos republicanos se avergüenzan de su presidente. El clan Bush, sin ir más lejos.

El recientemente fallecido George Bush (padre), veterano de la Segunda Guerra Mundial, nunca escondió su desaprobación por el magnate con jopo y, más aún, le negó cualquier apoyo en su carrera hacia la presidencia. Los mismos sus hijos George Jr. y Jeb.

En una entrevista en CNN, Karen McDougal, la chica Playboy reveló que ella y Trump mantuvieron docenas de encuentros durante 2006. Según la modelo, en la primera cita, después de intimar, Trump intentó pagarle pero ella no aceptó el dinero. “No soy de esa clase de mujeres”, aseguró Karen. Su único remordimiento consiste en haberse acostado con un hombre casado. De hecho, Donald Trump acababa de tener un hijo con Melania.

La opinión pública norteamericana tiene una muy alta consideración por Melania, la joven esposa de su presidente. Las revelaciones sobre los múltiples amoríos de Donald aumentan su figura como digna Primera Dama, a pesar de todo.

Un reciente libro (Unhinged: An Insiders Account of the Trump White House) de Omarosa Newman, una ex ayudante de la Casa Blanca, asegura que "la primera dama está contando los minutos para divorciarse” una vez que Donald termine su mandato.

Omarosa propone que Trump intentará deportar a la madre de su hijo, en caso de que ella pida el divorcio. Según la publicación, el magnate ayudó a conseguir para su esposa, de nacionalidad eslovaca, la visa Einstein, un permiso que se extiende a extranjeros con "habilidades extraordinarias".

Según la autora, el presidente piensa revelar el modo irregular por el cual Melania obtuvo su visado, obligando así a su deportación del país. No es lo más grave que se puede decir de Donald Trump, pero lo pinta al desnudo. Su pene pequeño es lo de menos.

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