Un brindis por Donald

3 diciembre, 2018
Un brindis por Donald
donald trump
donald trump

(Especial por Jorge Gorostiza) Sin desmanes que lamentar ni logros por celebrar concluyó la cumbre porteña del G20. La próxima cita será en Osaka, Japón, el año que viene. Propios y ajemos esperaban más del encuentro, concretamente en materia de educación y empleo, dos temáticas donde los “sherpas” (los grupos de negociadores de cada país) habían avanzado bastante.

Sin embargo, el documento final, de apenas cuatro carillas, no recogió propuestas concretas sino apenas un ramillete de buenas intenciones y sanos propósitos… para más adelante.

La ex ministra de relaciones exteriores de Cambiemos, la Ing. Susana Malcorra, calificó al encuentro de decepcionante particularmente en lo que se refiere a la representación y la agenda femenina. La presencia de Teresa May y Ángela Merkel no fue suficiente para que los líderes mundiales comprometiesen metas y medidas concretas para lograr la igualdad laboral entre mujeres y varones, o la educación de las niñas y adolescentes en países en desarrollo.

De todos modos, el fracaso más estrepitoso se dio en la agenda ambiental. El presidente Trump rechazó el Acuerdo de París sobre cambio climático que establece medidas para la reducción de gases de efecto invernadero. EEUU es responsable de un  tercio del total mundial de dichos gases.

El calentamiento global es la peor amenaza para todas las formas de vida, incluida, por supuesto, la humana. Se trata del aceleradísimo aumento de la temperatura media mundial registrado a partir de la revolución industrial.

Un artículo presentado hoy mismo por el diario español La Vanguardia asegura que, producto del proceso de Cambio Climático, en 2050, la mitad de la población mundial no tendrá acceso a agua potable en cantidad y calidad.

Por supuesto que, si no hay agua para beber, tampoco la habrá para la producción agrícola que se lleva casi el 70% del consumo de agua dulce. También se verá afectada la industria y la producción ganadera, todo lo cual traerá sufrimiento y muerte para la población más vulnerable.

Actualmente hay 44 países que no tienen suficiente agua potable para abastecer a sus ciudadanos. Las más complicadas en la materia son las naciones de África del Norte y Oriente Medio, algunas de ellas extraordinariamente ricas en petróleo.

EEUU, que representa el 4% de la población mundial, es el principal consumidor de petróleo del planeta. Su presidente, Donald Trump considera que una reducción en el uso de combustibles fósiles afectará la industria estadounidense y el estilo de vida americano.

Mientras tanto, en 9 de cada 10 países ha disminuido la cantidad de agua disponible por persona. El fenómeno afecta también a Europa occidental donde los países implementan medidas de remediación y adecuación al fenómeno que ya es irreversible.

Madrid acaba de prohibir el acceso vehicular al centro de la ciudad, medida con la que espera reducir un 40% la emisión de gases. La crisis de los Chalecos Amarillos acorrala al presidente Macrón por haber aumentado el combustible a fin de disminuir su consumo. En la península escandinava, las ciudades implementan servicios de transporte público con energía eléctrica.

Visto desde el espacio nuestro planeta es azul, y bien podría llamarse planeta Agua: sólo el 25% de su superficie es tierra. Pero del total del agua del planeta sólo el 3% es dulce. El agua dulce es el segundo elemento más importante para la vida, después del oxígeno.

Según ONU-Agua, el organismo de Naciones Unidas que coordina lo relativo al agua dulce, entre 1992 y 2014, nuestro ha perdido un 27,2% del recurso per cápita. Perú, Chile, Colombia, Bolivia, Ecuador, Brasil, Uruguay, Venezuela y Paraguay, es decir todos los demás países de Sudamérica, tienen más agua potable por habitante que Argentina.

Mientras aún podemos, brindemos a la salud de Donald, si es con agua, mejor.

 

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