Venezuela: del laurel a la vergüenza

22 noviembre, 2018
Venezuela: del laurel a la vergüenza
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(Especial por Jorge Gorostiza) En 2012, con Chávez aún en la presidencia, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) otorgó un reconocimiento especial al gobierno venezolano por sus avances en cantidad y calidad en ingesta diaria de calorías.

Hoy, según la misma FAO, Venezuela sufre el mayor aumento en materia de malnutrición en todo el continente. Un reciente informe de la organización señala que el hambre en el país se triplicó entre los trienios 2010-2012 (3,6%) y 2015-2017 (11,7%).

Hace apenas 6 años, la institución felicitó a Venezuela por haber reducido a la mitad la proporción de personas que padecían hambre.

Hoy, la falta de alimentos es la principal preocupación de la población venezolana. La escasez de comida y el aumento de los precios encabezan la lista de temas que inquietan a la población.

Entrevistado por AM550, Mario Pérez Chacín, director de radio Fe y Alegría Maracaibo (una organización creada por los jesuitas) la estatización de la industria alimentaria ha empeorado sensiblemente la situación.

Para Chacín, los militares han llevado a la quiebra a alguna de las empresas de alimentos más tradicionales como Lácteos Andes. “Nos vamos a trabajar o a la escuela con una arepa con queso para todo el día”, asegura el periodista.

La arepa, hecha con harina de maíz, es el pan de los venezolanos. Hoy, los camiones que distribuyen harina están expuestos al saqueo, y la entrega de alimentos se realiza con custodia policial.

Según Cáritas Venezuela, uno de cada cinco venezolanos admite hurgar en la basura para comer. La población, en promedio, ha perdido 8 kilogramos de peso.

Intentando paliar la crisis alimentaria, la revolución Bolivariana dispuso, en 2016, la creación de Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), una organización popular destinada a la distribución y venta de comestibles a precios regulados.

Desde su creación, la bolsa CLAP se ha ido deteriorando en calidad y cantidad de alimentos. Si en un principio incluía harina, arroz, azúcar, aceite, margarina y hasta pollo congelado, hoy se reduce, la mayoría de las veces, sólo a harinas.

Así y todo, conseguir una bolsa CLAP demanda horas y más horas de espera. Si es que llega… Su entrega es, en teoría, mensual. Pero muchas veces pasan 6 semanas, o  más, entre un envío y otro.

Los cerca de 10.000 comités de abastecimiento están integrados, en su mayoría, por mujeres chavistas.  Las empresas de alimentación estatizadas entregan los productos a esos comités, los que a su vez los venden entre familias previamente censadas.

Para Pérez Chacín, la caída de Venezuela parece no tener fin. El país que hace una década lideraba el crecimiento en América Latina, hoy tiene millones de ciudadanos viviendo en la miseria.

El mencionado informe de FAO revela que, entre 2015 a 2018, la desnutrición en América Latina y el Caribe aumentó de un 5 a un 6 %.

Según la misma fuente, Venezuela encabeza en la región el crecimiento de la inseguridad alimentaria grave durante el último trienio. Lo siguen Bolivia y Argentina.

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