Publico una foto cualquiera y digo que es un violador ¿y qué pasa?

(Especial por Sofía Seirgalea) Ya todos sabemos que las redes sociales tienen puntos a favor y en contra. Afortunadamente, son un medio por el cual la información puede llegar a millones de personas en cuestión de segundos.

Podemos destacar los vídeos de concientización, campañas, convocatorias, denuncias que merecen ser difundidas, y demás. Pero, ¿qué sucede con el castigo social que se genera de forma injusta?

Observo, al mismo tiempo, cómo se difunde cualquier tipo de información sin siquiera tener una opinión propia, o sin conocerse si es verdadera o falsa. Y es así que terminamos consiguiendo un objetivo que se vuelve contrario a lo que decimos que estamos buscando.

Un día, podría despertar y publicar la foto de un hombre, y decir que es un violador. Y van a creerme, y van a compartir esa foto, y a ese hombre lo castigarán. Y no sabrán quién dice la verdad. Otro día, publicarán la foto de una mujer que le prohíbe a su ex esposo ver a sus hijos, y ustedes la compartirán, y no sabrán cuál es la historia que existe detrás.

¿Cuántas veces compartieron publicaciones erróneas? Supuestos abusos, secuestros de menores a la salida de las escuelas, trata de blancas en pleno centro neuquino.

No quiero decir que este lamentable tipo de situaciones no existe. Por el contrario, estamos rodeados de ellas. Intento pedir un poco de responsabilidad.

Al día siguiente de compartida una publicación con falsa información, sale a la luz la realidad de los hechos. Y me pregunto si, algún día, la información perderá credibilidad en las redes sociales.

Es por eso mismo que debemos usarlas con responsabilidad y transparencia. Aparentemente, es la única herramienta rápida que nos queda y la que nos facilita llegar a la Justicia que parece ir en decadencia. Deberíamos cuidarla.

Nosotros usamos las redes sociales, no las redes sociales a nosotros.