La interna del MPN define ya el escenario que gobernará Vaca Muerta

4 noviembre, 2018
La interna del MPN define ya el escenario que gobernará Vaca Muerta
vaca muerta
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La interna del MPN apenas si alcanza a distraer la obsesiva atención que ha ganado Vaca Muerta, que sostiene, consolida e incrementa un seguimiento mediático correspondiente con los intereses económicos, políticos y estratégicos que genera. Hablamos desde Neuquén, pero también desde Buenos Aires, y desde el mundo, de lo que implica el florecer de una producción petrolera y gasífera que no puede compararse con ninguna otra época del desarrollo argentino. Enclavada, además, en una coyuntura especialísima, con el país en recesión, inflación alta, y gobierno cuestionado.

A fin de este mes será la reunión del G 20. Las principales potencias políticas y económicas del mundo estarán en Buenos Aires. El mes transcurrirá además con la atracción futbolística del superclásico entre Boca y River que es a la vez la final de la Copa Libertadores, por primera vez en la historia de este deporte-pasión en Argentina. Las fechas coinciden en Neuquén con lo que será la resolución de la interna del MPN. Y la interna del MPN resolverá el escenario preparatorio para la definición de quién gobernará Neuquén a partir de diciembre de 2019. Quién gobernará Neuquén…y Vaca Muerta.

Hay quienes dicen que en realidad serán dos gobiernos. Que Vaca Muerta es tan importante que es como si fuera otra provincia dentro de la provincia, y otro país, pequeño aunque poderoso, dentro de la gran geografía nacional. En Neuquén, la conciencia acerca de la implicancia de esos yacimientos todavía no es plena. El sindicato petrolero, que conduce el senador Guillermo Pereyra, espera sumar en dos años 70 mil afiliados nuevos. Son 70 mil trabajadores que se sumarán a las tareas petroleras en 24 meses. Ese mismo sindicato planifica construir 5.000 viviendas en Añelo, todas para sus trabajadores. Es tan importante la coyuntura, que una planta de fabricación de asfalto de última generación, norteamericana, se instalará allí al servicio del que será en poco tiempo el gremio más importante de Sudamérica, para pavimentar ese nuevo pueblo petrolero.

Vaca Muerta gana títulos en los diarios del siglo XXI, que son más digitales que en papel, a esta altura de la evolución tecnológica de la comunicación. No siempre son positivos. El derrame en Bandurrias Sur clavó una advertencia, lo mismo que la muerte, en un pozo del área Huincul, de un operario, aplastado por una válvula. ¿Se está produciendo sin el freno necesario del control y el respeto por las condiciones de seguridad? ¿Está el Estado haciendo lo que tiene que hacer, o se mareó tras la consigna de alimentar a ultranza la única máquina productiva que funciona en tiempos de recesión y desasosiego?

Mientras estas cuestiones se desparraman por la superficie más rápido que el agua desde las bardas cuando llueve, en la interna del MPN y la política neuquina en general Vaca Muerta también sirve para apuntar diferencias sobre lo que hay y habrá que hacer con la riqueza que produce y producirá. En la interna, mientras la Azul de Omar Gutiérrez se afirma en el plan quinquenal del gobierno, y sugiere que si Mauricio Macri no hace lo que tiene que hacer, lo hará el gobierno del MPN (ejemplos: el tren a Vaca Muerta, el hospital regional en la meseta, etc); la Violeta de Rodolfo Figueroa dispara que debe corregirse el rumbo ideológico para la aplicación de esa riqueza, y focalizarla en el progreso de los más postergados (personas y regiones de la provincia) antes que en la multiplicación de panes y peces para los mismos de siempre.

El Cambiemos que preside Horacio Quiroga también apunta lo suyo, básicamente una proyección de lo que hace el municipio capitalino: Vaca Muerta deberá servir para alimentar la producción agropecuaria, el turismo, la diversificación en serio de la economía, y no usarse para “gastos corrientes” del Estado. Quiroga planteará, en diciembre y pase lo que pase en la interna emepenista, un plan de gobierno, área por área, que se basará en un Estado más eficiente, con garantías de caja en fondos fiduciarios u otro sistema de prevención financiera estatal, y fuerte respaldo al crecimiento de las inversiones privadas.

El peronismo, mientras tanto, juega a dos puntas. La variante Rioseco es alimentada desde el sector que comanda Oscar Parrilli, y ciertamente es la preferida de una maniobra táctica que se charla desde los callados cuarteles que comanda Cristina Fernández con su entorno más fiel; pero también está la otra línea, que sin confrontar con Cristina ni el kirchnerismo, prefiere un candidato a gobernador peronista, que sería Javier Bertoldi, y una apuesta fuerte en la capital, con Darío Martínez y Marcelo Zúñiga. Estas dos variantes son seguidas y alimentadas por las oficinas de la inteligencia del MPN, pues sabe el oficialismo que, más que nunca, deberá dividir para reinar.

Volvamos al MPN: la interna está pareja. Ya la lista Violeta superó los obstáculos formales y tiene todo aprobado y legal. Figueroa recorre la provincia; del norte irá al sur, desde allí al centro, y terminará con caravanas desde los barrios en la capital provincial. La última encuesta que hizo despertó sonrisas de satisfacción. La Azul de Omar Gutiérrez viene de un acto en el club Independiente donde protagonizó la unificación, en Mariano Gaido, de la candidatura a intendente capitalino. Luis Sánchez, quien amagó con competir, se bajó para ser su jefe de campaña. Cuesta creer en la espontaneidad de estas jugadas, que sugieren más bien previsiones estratégicas con disciplinadas ejecuciones.  Gutiérrez y Gaido tuvieron en ese acto el enfático respaldo de Guillermo Pereyra y Jorge Sapag. Nadie regalará un centímetro, porque los números dan apretados; y si, como se prevé, podría participar hasta 40 por ciento del padrón, se estaría ante la interna más protagónica y disputada de la historia del partido provincial y su incesante repetición de esquemas cambiantes del poder.

Rubén Boggi

 

 

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