El MPN juega al borde de una fractura

19 octubre, 2018
El MPN juega al borde de una fractura
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El MPN, como se preveía, levanta temperatura a medida que pasan los días del corto plazo en el que se puso a rodar la interna, y más allá de la pirotecnia verbal, lo que hay que empezar a considerar es si este partido llegará indemne, o roto, a las elecciones del año próximo.

La inusual experiencia, al menos para el MPN, de que un gobernador en ejercicio se enfrente con un vicegobernador en la misma situación, parece tensar la cuerda que mantiene precariamente unida la diversidad hasta un límite peligroso.

Esa sensación se tuvo este miércoles, cuando, en uno de los reportajes radiales que comenzó a tramitar y conseguir el vice, Rolando Figueroa, se puso en marcha un nivel de virulencia contenida que, tal vez, nada pueda contener.

Figueroa sugirió allí que él conocía cuestiones íntimas del Gobernador que podrían contribuir a modificar la imagen que de él tiene la ciudadanía. Todos pensaron que para mal, inmediatamente. La nota llegó rápidamente a un medio periodístico de Buenos Aires, con un título haciendo mención a esa sugerencia pícara.

Consideremos el tema como una anécdota, o como una amenaza que respondería a otras amenazas no del todo conocidas públicamente. Dejemos de lado, piadosamente, los seis dientes que quedaron, dijo Figueroa también este miércoles, tirados en una calle, eyectados de la boca de un candoroso militante violeta, a expensas de golpes provocados por otros no tan candorosos azules.

¿Qué está pasando, en el MPN, que sea distinto a otras internas anteriores, donde también hubo amenazas, advertencias de escraches, violencia física?

En primer lugar, hay que advertir que la extrema tensión nace de la inseguridad. El MPN teme perder la gobernación si da un mal paso. En segundo lugar, ese temor se registra en un contexto de real y fuerte disputa entre el oficialismo y los demás, considerando a los demás como los que han quedado, por decisión propia o ajena, fuera del círculo de los beneficiarios directos del poder.

Gutiérrez encarna el oficialismo, que pretende garantizar sí o sí la continuidad de su proyecto en el territorio de Vaca Muerta. Figueroa encarna, o quiere encarnar, a “los demás”. Y sumar a esos, la voluntad de los “independientes” que quieren un cambio sin que cambie tanto la conducción de la provincia.

El tema es: esta situación, se resolverá por el voto el 25 de noviembre…o ¿quedará sin resolver?

Esto está al borde de pasar, si Figueroa hace caso a sugerencias que le han hecho y que medita todavía: denunciar que “no hay garantías” en la interna, en razón de los manejos de las actuales autoridades partidarias, y retirarse de la contienda, para participar en las elecciones del año que viene por fuera de la estructura partidaria, descontando que, en razón de las encuestas, es un candidato apetecible para cualquier agrupación, frente o partido de ocasión que lo quiera como candidato.

Si esto sucediera, se acrecentaría el espanto para el MPN, más allá de las palabras y los juramentos de fidelidad a este partido gobernante que profesan todos, o casi todos. Sería la prueba de una fractura importante, la más importante de su historia.

Algo tan fuerte, se maneja por ahora en el contexto de las amenazas.

Aun así, todo se reviste con cierto carácter apocalíptico. El coqueteo del MPN es con el horror, como aquel personaje que protagonizara Marlon Brando en Apocalypse Now, lleno de las tinieblas de Joseph Conrad.

Veremos si el final condice con esa trama, o deriva en una comedia más, otra finta para seguir alimentando al monstruo.

Rubén Boggi

 

 

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