Quiroga sonríe, entre la violencia sindical y las dudas del MPN

14 octubre, 2018
Quiroga sonríe, entre la violencia sindical y las dudas del MPN
represion jubilaciones
represion jubilaciones

Horacio Quiroga está satisfecho, políticamente hablando, de las posibilidades que –dicen en su entorno- les abre la coyuntura. Ven un MPN quebrado en dos y peleando para ver quién es más peronista y amigo de los sindicatos; y un peronismo también partido, con Oscar Parrilli –el investigado- alentando fervorosamente la unidad con Ramón Rioseco, mientras el resto –Javier Bertoldi, Darío Martínez, Marcelo Zúñiga- reniegan de esa opción para construir candidaturas propias.

La sociedad neuquina asiste con cierto espanto, que la costumbre no ha curado, al show exagerado de la política, que no duda en poner en riesgo vida y bienes de los ciudadanos cuando se trata de tensar la cuerda de los conflictos. La combinación de violencia, petrodólares, y pobreza que no cesa sino que tiende a aumentar, es una ensalada de sabores explosivos: le puede detonar el paladar a cualquiera. Todos están dispuestos a jugar con ese peligro, en tanto se vea la posibilidad de sacar algún rédito que rompa los equilibrios preocupantes de las encuestas.

La discusión, matizada con gases, balas, piedras y discursos incendiarios, acerca de las jubilaciones municipales, no ha terminado con la aprobación de la ordenanza que aumenta los aportes de empleados y Estado al Instituto Municipal de Previsión Social. Es un tema que sigue, fundamentalmente porque le interesa al propio Intendente que siga.

Tan así es, que se dice en el ambiente que Quiroga está dispuesto a retirarse de la administración de la caja de jubilaciones, dejársela por entero a trabajadores activos y pasivos (al sindicato Sitramune, en concreto), si es que no se logra lo que ha fijado como objetivo político a tono con lo que presuntamente la ciudadanía reclama: que no haya ventajas para los empleados estatales por encima del resto de sectores de la sociedad neuquina.

“Yo cumplo haciendo los aportes todos los meses…esa es mi única obligación”, dicen que dice el Intendente, mientras baraja situaciones extremas en el afán de terminar con el régimen que consagra la posibilidad de jubilarse con 30 años de aportes. Esa eliminación estuvo en su proyecto, pero el MPN de la lista Azul de Omar Gutiérrez lo quitó, so pena de no respaldar con sus votos. Quiroga quiere insistir, hacer de eso uno de los caballitos de su campaña electoral, porque está convencido de que es lo que quiere la ciudadanía, o por lo menos, la mayoría de la ciudadanía.

Lo mismo piensa respecto de la violencia de los sindicatos. “Nos beneficia”, dicen en Cambiemos, y sostienen que están dispuesto a capitalizar para sí todas las dudas de los demás al respecto…sobre todo, las del MPN, tan reacio –desde el 2007 en adelante- a usar la fuerza represiva del Estado, como el kirchnerismo.

Incluso se aprovecha cualquier muestra de “debilidad” por parte de los fiscales. Se comentó mucho, en este sentido, el lío que se le armó al fiscal Pablo Vignaroli por decir que tener una piedra entre las manos no implica delito, ya que no se sabe qué haría el sujeto (o sujeta) con esa piedra. El fiscal no dijo más que lo que la Ley contempla (ya que en nuestro país no se penaliza la intención, sino la concreción del delito, así como en el fútbol no se cobra penal si la mano “no fue a la pelota”). Pero bastó para que se levantara una ola de críticas hacia la presunta “tibieza” judicial.

Pero lo que más contento tiene a Quiroga por estas horas, es la actitud en su contra de ATE y la CTA. El haber sido elegido como rival a vencer por los sindicalistas estatales “es lo mejor que nos ha pasado”, dicen en el gobierno del Municipio. Primero, porque ATE (y ATEN capital) se meten en un tema de estricto orden municipal, donde no tienen representación, ni injerencia. Segundo, porque está a la vista que lo hacen con el permiso de Sitramune, gremio que no tiene la capacidad de fuego de sus socios mayores. Tercero, porque levantan así, por contraste, una opción real al MPN y sus políticas respecto a los sindicatos, algo que interesa sobremanera a la concepción ideológica de fondo que tiene Quiroga.

Del otro lado del espejo, el MPN no acierta con el tema jubilaciones. Fue un fracaso su visión en las anteriores elecciones legislativas, cuando salió a defender la caja provincial y oponerse al proyecto Macri, para después negociar un respaldo a lo que había criticado; y tampoco parece ahora bien ubicado, porque una parte de su universo quedó pegado al oficialismo quiroguista (el gutierrismo) mientras que la otra (los violetas de Rolando Figueroa) quedaron prendidos a la postura que maneja con mucha más naturalidad el peronismo kirchnerista en cualquiera de sus versiones. Sin mencionar el tema de la violencia, del que no logra despegarse nadie, sobre todo si solo se hace algún par de declaraciones tibias, e incluso justificativas en función de la “defensa” de presuntos intereses “populares”.

Así las cosas, Quiroga sonríe mientras especula con sus tiempos, más largos, mientras en el MPN las sonrisas se dibujan solo cuando se calculan las regalías que vienen y vendrán, sonrisas acuciantes de tiempo corto, pues apenas en una docena de días más, se abrirá el tramo final y efectivo de la carrera con la más dura confrontación de este siglo XXI para el partido nacido en 1961…si es que efectivamente se mantiene la puja entre el gobernador y el vice.

Rubén Boggi

 

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