El abuso sexual eclesiástico, contado en primera persona

3 octubre, 2018
El abuso sexual eclesiástico, contado en primera persona
julieta AÑAZCO 1
julieta AÑAZCO 1

"Lamentablemente no ha cambiado nada desde la asunción de (el Papa Jorge) Bergoglio en cuanto al ocultamiento y complicidad de los casos de abuso sexual que ocurren en la iglesia católica. De hecho los curas o monjas que hemos denunciado continúan teniendo contacto con niños o adolescentes en situación de vulnerabilidad", dijo Julieta Añazco, integrante de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico.

Esa organización nuclea a víctimas de abusos por parte de miembros de la Iglesia. "Nos sentimos sobrevivientes porque hemos sobrevivido, estamos vivos, y hemos podido romper el silencio que nos impusieron nuestros abusadores o abusadoras", aunque "muchos han quedado en el camino, se han suicidado o han caído en una profunda depresión"; en cambio "nosotros pudimos ponerle rostro y voz a las denuncias", expresó Añazco en diálogo con AM550.

-¿Cómo lograban imponer el silencio para que no se sepa lo que hacían?, se le preguntó.

-Siempre ocurrían los abusos en los momentos de la confesión; nos decían que como era secreto lo que ahí sucedía no se lo podíamos contar a nadie. Hasta que crecimos y nos dimos cuenta que lo podíamos contar porque no era nuestra culpa y muchas veces no hablábamos por vergüenza, respondió Julieta.

Luego contó su traumática experiencia de la época de su niñez cuando concurría a actividades organizadas por la Iglesia. "Yo tenía entre 7 y 10 años cuando concurrí a los campamentos del cura  Héctor Ricardo Giménez; él aprovechaba el momento de la confesión, pero también cuando dormíamos o nos bañaba, a pesar que ya estábamos grandecitas para eso".

También hizo referencia a los indicadores que deben tenerse en cuenta si los niños expresan cambios de humor o hábitos. "Prestarle atención a los dibujos es muy importante, ya que los niños pueden llegar a mostrar algo. Por ejemplo con rayones, usan colores oscuros y a veces dibujan una zona genital", dijo. En cuanto a los cambios de los estados de ánimo, señaló que "lloran mucho, tienen pesadillas por la noche, dejan de comer o comen en demasía, se aislan, tienen miedos y entran en un estado de depresión", cuyo escalón más dramático es que " llegan al suicido".

La asunción de Bergoglio como máxima jerarquía de la Iglesia supuso un cambio en la manera de abordar la problemática de los abusos sexuales por parte de miembros del clero. Sin embargo Julieta Añazco afirmó que "lamentablemente no ha cambiado nada". Agregó que "hemos tratado de llegar a él y no hemos tenido ninguna respuesta. De hecho los curas o monjas a los que hemos denunciado, hoy siguen en contacto con niños o adolescentes en estado de vulnerabilidad. Lo que se predica no se cumple".

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