Una renuncia que se parece a un error político no forzado

25 septiembre, 2018
Una renuncia que se parece a un error político no forzado
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La abrupta renuncia de Luis Caputo a la presidencia del Banco Central, y su reemplazo inmediato por Guido Sandleris, provocó otro episodio político-económico a la altura de errores no forzados en el gobierno de Mauricio Macri, que podrá presentar, sólo en unas horas más, el acuerdo revitalizado con el FMI.

No fue oportuna para el gobierno la renuncia, cuanto menos. De hecho, el primer impacto en los mercados implicó otra caída del peso respecto al dólar, y de la cotización de bonos argentinos en dólares.

Caputo, un hombre perteneciente al selecto mundo de las finanzas internacionales, tiene que haber sabido que una renuncia brusca y en medio de un viaje a Estados Unidos de Mauricio Macri promocionando la confianza en procura de atraer inversiones, no era precisamente un buen indicador, una buena señal.

¿Lo hizo, entonces, para marcar su descontento y producir daño adrede? Es posible. En política la amistad es una categoría inestable. Y Caputo estaba muy disgustado por haber sido corrido del círculo áulico del precario poder político argentino, a expensas de Nicolás Dujovne, y, lo que es peor, de Marcos Peña.

 

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