Política, entre la billetera que mata galán, y el auspicio de las rebeldías

La posición contrastante de Neuquén respecto al resto del país ha producido, con más petróleo y gas, una notable mejora en el ánimo del equipo gobernante de Omar Gutiérrez, y se ha reforzado ánimo y convicciones tanto como el forro de la billetera. Esto a su vez ha permitido tapar agujeros con mayor celeridad, con la actitud generosa –de alguna manera hay que llamarla- que en otros tiempos, de vacas flacas o yacimientos lánguidos, no existe.

Según los datos con los que cuenta el gobierno neuquino, la producción de petróleo, solo en el caso de YPF, aumentó en el país 5 %. Esto fue posible gracias al aporte del shale oil producido en la concesión Loma Campana, de YPF-Chevron, que está a razón de 36.371 barriles de petróleo por día.

Los números de producción de los pozos neuquinos convocan al optimismo. Entre los destacados, los nuevos (con fracking, no convencionales) tienen un comportamiento muy bueno, y andan entre 18 mil y 20 mil metros cúbicos por día. Son pozos horizontales de muy buen rendimiento, una demostración, para los expertos, de que Vaca Muerta responde perfectamente a las expectativas teóricas que había en razón de las proyecciones científicas.

En este contexto, con la devaluación consolidada, recursos dolarizados, aumento de producción (más regalías, más recaudación de impuestos), el gobierno de Gutiérrez ya proyecta un buen fin de año, un poco a contramano de lo que ocurre en el resto del país; y de pronto, toda la actitud de la gestión cambió, con una fuerte ofensiva para reforzar el efecto económico positivo del petróleo y que derive en el sostén social, por ejemplo, al consumo.

Por eso se decidió que el Banco Provincia instrumente días de compras con tarjetas de crédito a 12 cuotas sin interés, una tentación irresistible en estas épocas donde el interés que cobran las tarjetas de crédito está por las nubes: si bien el consumo neuquino se mantiene mejor que en otras provincias, estas medidas van destinadas a sostener la actividad comercial, porque el efecto recesivo de la economía nacional es muy fuerte y de alguna manera traspasa las fronteras.

Este sábado, Gutiérrez decretó el incremento (100 por ciento) de las partidas destinadas, a través de Aportes no Reintegrables, a los municipios y comisiones de fomento para el mantenimiento de los edificios escolares. Se reconoció, en principio, que desde el último decreto (del año 2016) los costos se habían disparado, tanto en materiales como en mano de obra. Es una muestra más de cómo el dinero del Estado empieza a aparecer para reforzar la idea central de la campaña del MPN, incluida su interna, que es que en Neuquén se vive mejor que en otras provincias.

Al mismo tiempo, el MPN gubernamental negocia las condiciones de su respaldo al presupuesto 2019 de Mauricio Macri. La semana pasada, Gutiérrez dio expresas instrucciones de que se difunda la lista de obras que están garantizadas a partir de la firmeza en fijar esas condiciones. Esto no alcanza, lógicamente, para que desde el propio seno del partido –en este caso, desde el sector rebelde y federal de Rolando Figuera- se haga la “contra-lista” de obras que desaparecieron del presupuesto sin que haya garantías de que vuelvan alguna vez. Entre esas obras, la más relevante es la del hospital regional de la meseta, el emprendimiento que se había “vendido” como la solución a los padecimientos del sistema público de salud.

La interna se hará en medio del fragor aplastante de una lluvia de dólares que el gobierno neuquino aplicará, sin anestesia, a las necesidades políticas. El oficialismo confía plenamente en el poder que otorga esta circunstancia. Sin embargo, no impedirá esto que el sector de Figueroa se plante. Ya consiguió, esa movida, el respaldo financiero de campaña, aseguran. Concretamente, el vicegobernador tendría los fondos suficientes como para financiar su campaña. La confrontación, más tarde o más temprano, será inevitable.

El escenario se va armando, pieza por pieza. Horacio Quiroga, con Cambiemos, avanza con independencia relativa de los avatares emocionales del gobierno de Macri (que, por otra parte, cerró su mejor semana relativa desde la corrida cambiaria); Ramón Rioseco, teje sus posibilidades de crecimiento y alianza con el peronismo K; el peronismo K coquetea un rato con Rioseco y otro con el propio MPN; y paralelamente, se trabajan opciones locales en forma de frentes que podrán sorprender, cuando se concreten, a más de uno.

En medio de una política muy intensa, el otro lado de las cosas sigue pasando por el tamaño creciente de la marginalidad, la exclusión despiadada, propia de las épocas de economía en crisis. Allí, impera nuevamente en Neuquén el asistencialismo contenedor, tanto como la prédica más radicalizada que encuentra un caldo de cultivo apropiado para desarrollar protagonismo político por fuera del peronismo, del MPN, y por supuesto, de Cambiemos.

En eso se trabaja, también auspiciado por el Estado generoso, desde el sindicalismo estatal más rebelde.

Rubén Boggi