Neuquén juega al contraste, y el MPN busca asegurar continuidades

16 septiembre, 2018
Neuquén juega al contraste, y el MPN busca asegurar continuidades
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Es un momento de fuerte contrastes en la política neuquina. Mientras el país se debate en una coyuntura económica muy perjudicial para el pueblo, con alta inflación, peso devaluado, caída del consumo y síntomas recesivos muy concretos, situación que obliga al gobierno de Mauricio Macri –y por ende, al Estado nacional- a un ajuste severo, en Neuquén el Estado muestra una sonrisa tranquila, y se permite gastos como nunca antes durante la gestión de Omar Gutiérrez.

Neuquén es una exhibición rara a los ojos de los demás argentinos: las finanzas del Estado reciben el empuje positivo de la devaluación, en función de los ingresos dolarizados de las regalías petroleras y gasíferas; engrosado además por un fuerte incremento en los volúmenes de la producción, que en agosto trepó, en el caso del petróleo, 16,8 por ciento, llegando a superar los 187 mil metros cúbicos (en julio andaba por los 140 mil).

Esta situación le permite una generosidad muy apropiada con las circunstancias al gobierno del MPN. En la semana que pasó, anunció por ejemplo que se hará cargo de pagar las obras públicas que el gobierno nacional no paga por el ajuste. Allí donde ve que se puede marcar una diferencia, va la billetera. Así, no dudó el gobierno en entregar aportes no reintegrables a las cerámicas en problemas, por 6 millones de pesos; una suma importante, ni más ni menos que lo que salió el césped sintético de la última cancha, inaugurado por Gutiérrez, este sábado, en el barrio Unión de Mayo.

El gobierno neuquino mira alrededor, y planta una frase: no hacemos ajuste (como Macri) sino desarrollo (como Macri decía y ahora no puede). Frases que parecen dirigidas hacia la cabeza de la oposición que siente como más amenazante, la que representa Horacio Quiroga, el intendente capitalino. De paso, el aumento del gasto (inversión, dirá, por supuesto, el gobierno) es la herramienta más apta para conjurar el desafío interno, el del vicegobernador Rolando Figueroa, que sigue en la vigilia de las armas, mostrando solo esbozos de su intención de competir, que se tradujeron en apariciones fulgurantes con el bloque opositor a Macri convocado por el peronismo, y con las primeras pintadas en muros, con la consigna Rolando 2019.

El gobierno, billetera gorda recuperada, se muestra también más concentrado y menos obsesivo. El hermano del gobernador, Gerardo Gutiérrez, quien conducía un pequeño ejército comunicador y controlador al mismo tiempo, desapareció de escena hace ya unas cuantas semanas. El otro hermano activo en la política, Pablo Gutiérrez Colantuono, ha esbozado una cierta intención de sumarse a la campaña capitalina, mientras incrementa su perfil progresista: es uno de los impulsores principales del reconocimiento a Lula Da Silva que hará la Universidad del Comahue el 27 de este mes. El más encumbrado de la familia, el gobernador y candidato a la reelección, se ha consolidado ya sin necesidad de confianzas sustentadas en lazos sanguíneos, y se lo ve más cómodo jugando con ministros muy dedicados, como Juan Pablo Prezzoli, Facundo López Raggi, e incluso Mariano Gaido, quien, con su candidatura a intendente, ha acrecentado su peso específico.

Por otra parte, se ve también que el sindicalismo estatal jugará desde una posición amigable, porque en la coyuntura, sin mayores problemas desde lo salarial ya que el acuerdo de ajuste por inflación funciona, puede permitirse apostar a socavar lo más posible al macrismo, que en Neuquén se traduce como quiroguismo. Ahí andan los principales referentes del gremialismo estatal, desparramando actividad política anti-FMI, con los bolsillos satisfechos. Qué mejor que hacer revoluciones sin pasar necesidades.

Lo que viene, casi con seguridad, es un aumento de los contrastes y una consolidación de las confrontaciones. El MPN buscará resolver su interna desde la intensidad que le posibilita la maquinaria estatal aceitada; mientras, con cualquiera sea el que se quede con la sartén por el mango, tiene previsto ir a los comicios del año próximo abriendo las puertas a posibles alianzas: es posible que haga uso de una facultad estatutaria que no ha utilizado casi nunca, la de integrar un frente político con otras fuerzas o sectores.

Rubén Boggi

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