El MPN y su billetera renovada: un factor clave

14 julio, 2018
El MPN y su billetera renovada: un factor clave
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¿Alterará la interna del MPN, y la política provincial toda, el engorde de billetera que fortalece las arcas públicas neuquinas? Es una de las preguntas de la coyuntura, distinguida por el contraste económico, que ha potenciado el uso político de las desgracias nacionales. Cada quien usa los indicadores económicos para sí. Y la economía da para todo: para el optimismo, el pesimismo, el afianzamiento del rumbo, las correcciones de rumbo…depende del cristal con que se mire, la realidad argentina tiene esto como único factor sustentable, perdurable, hasta folklórico, podría decirse.

En la semana explotó, por ejemplo, el caso Chihuido I. La sola repetición del nombre convoca al escepticismo popular, por la sencilla razón de que los proyectos han estado en la superficie de los gobiernos y las oposiciones diversas, desde la década del ’90 para acá, sin que todavía se haya podido concretar ninguno. Sin embargo, cada coyuntura tiene su singularidad, y en cada una de esas ocasiones, Chihuido ha servido al menos como catalizador de las tensiones en el MPN, entre el MPN y los demás, y entre la provincia y el gobierno nacional. Siempre. Sin fallas, es lo que se puede demostrar fácilmente, acudiendo a cualquier archivo.

El más reciente fracaso, en este caso, del último proyecto licitado, por Chihuido I, derivó, siguiendo la mecánica tradicional, en la exposición de intereses sectoriales. El oficialismo Azul del MPN expuso sus razones; el “rebelde y federal”, las suyas; habló el kirchnerismo, a través de Darío Martínez; y Horacio Quiroga, desde Cambiemos. Habló también, en Neuquén, el gobierno nacional de Mauricio Macri. Porque el tema, potenciado por una publicación del diario La Nación, se metió de lleno en la relación de Argentina con Alemania, y tuvo en esta ocasión más prensa que lo habitual.

Esa renovada instalación de Chihuido en la agenda fue el rasgo positivo que rápidamente encontró el gobierno de Omar Gutiérrez para destacar, cortando por el medio entre quienes volcaron su conveniente ira contra la gestión de Mauricio Macri. Desde los cuidados jardines de la Casa de Gobierno neuquina, se escuchó decir que el gobierno nacional “no estuvo atento” al tema de la represa, pero que en eso no hubo mayor diferencia con otros gobiernos, incluido el que lo precedió, es decir, el de Cristina Kirchner. Y se hizo un rápido paralelismo con Vaca Muerta, destacando que lo único estable en ambas historias ha sido la actitud de los gobiernos neuquinos (los gobiernos del MPN).

“Chihuido se concretará por la previsibilidad política, y la firmeza, que distingue al partido. Pasó con Vaca Muerta, pasó con la zona franca de Zapala”, se afirma, al tiempo que se distingue la relación con el gobierno de Macri, que “seguirá con mucha firmeza de nuestra parte, pero con respeto”: una delicatesen retórica para diferenciarse del agreste ataque directo a Macri que dejó sentado el vicegobernador Rolando Figueroa. Esa diferenciación parece marcar también un estilo. Gutiérrez, con Jorge Sapag muy cerca, cuidará extremadamente las formas institucionales. Si Figueroa lanza finalmente su candidatura, es posible que la línea para enfrentarlo sea lo que ya anticipó la diputada nacional Alma Chani Sapag: poner en escena una virtual amenaza a la gobernabilidad con la ruptura de un pacto ante la ciudadanía, que debía durar al menos cuatro años. Una especie de réplica a aquella situación vivida entre Cristina Kirchner y Julio Cobos, después del voto “no positivo”, que acaba de cumplir un nuevo aniversario en estos días.

Por ese sendero, transcurre al calor de los acontecimientos la negociación entre Azules y Azules y Blancos. Guillermo Pereyra dijo en la semana que “iba bien” y que se estaba a punto de cerrar el acuerdo para integrar una misma lista. Pero todavía no ha terminado esa negociación. Una de las cuestiones que mantiene firme el sector que responde a Gutiérrez-Sapag, es que la presidencia de la convención debe ser para un/a dirigente de Zapala. Desde el ámbito oficialista, se destaca que con Pereyra está todo bien, como lo ha estado a lo largo de los últimos años, “tanto en lo partidario como en lo institucional”.

Mientras, la billetera rejuvenecida del gobierno es una noticia que no puede soslayarse. Se aplicará a fondo en la coyuntura. Sobre todo, porque contrasta muy bien con lo que ocurre a nivel nacional, y eso sirve para llenar de argumentos con dudas concretas que se arrojarán sobre el carro que lleva Horacio Quiroga, el de Cambiemos. Gutiérrez incrementará sus acciones de diversidad política en este sentido. Este domingo, por ejemplo, se mostrará al lado del intendente de Centenario, el peronista Esteban Cimolai, inaugurando un polideportivo, con una fiesta importante, y la ratificación de un rumbo que procurará mostrar cómo el reciente superávit de las cuentas se volcará a “obras, inversiones, deportes, cultura, salud, educación y seguridad”, una enumeración de objetivos cruzados por una posición doctrinaria que volverá al tapete, como vuelve cada vez que hay billetes disponibles, la de la “justicia social”.

El gobierno de Gutiérrez tiene una muestra concreta de cómo enfrenta los incumplimientos del gobierno de Macri, sumido en el cataclismo del ajuste acordado con el FMI. Esa muestra la constituyen, por ejemplo, seis jardines de infantes que el Estado nacional abandonó rescindiendo contrato por sus dificultades financieras. Esas obras se harán igual, con nuevos proyectos ejecutivos, y todo lo que hace a las contrataciones, ejecución de las mismas, y control de los emprendimientos, a cargo del Tesoro provincial. Son seis obras edilicias para el sistema educativo que estarán asentadas en Zapala, Rincón de los Sauces, Villa la Angostura, Aluminé y Las Lajas. El gobierno de Macri deberá devolver la inversión, pero hay costos que no serán retornados.

Rubén Boggi

 Foto: Luis Amaolo

 

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