Tenemos suerte: la maravilla de la imaginación, ahora se ve

He tenido suerte. Nací en la época de mayor esplendor del fútbol, y ahora disfruto de la exacerbación al máximo de ese placer, con la posibilidad de ver en vivo y en directo a los mejores exponentes de este deporte.

A Distéfano lo conocí por El Gráfico y lo que contaba mi padre. A Pelé lo escuché jugar, y lo pude ver en alguna película y algo por televisión. Lo sufrí con aquel partido que Santos le ganó a Boca, 3 a 2, cuando Sanfilippo nos llevó al borde la esperanza. A Maradona lo vi, desde chiquito, ya con la tele empezando a mostrar lo que uno hasta ese momento solo había intuido. Pude ver el gol contra River, ese que lo dejó sentado en el barro a Fillol.  Y gocé la esencia de la maravilla con el gol formidable del 86 en México.

Nunca como ahora, sin embargo, el goce. Este fin de semana fue de emociones. Se retiró el gran Gianluigi Buffón, 17 años arquero de Juventus, emblema de la Selección italiana. Y se fue Andrés Iniesta del Barcelona…toda una vida allí, dictando cátedra de fútbol vistoso y efectivo, inteligente, educado.

Buffón dio la vuelta al estadio de la Juventus saludando a los hinchas, cuerpo a cuerpo. Se abrazó, estrechó manos, alimentó selfies inolvidables. Iniesta se fue como un caballero del Camp Nou, dejándole la cinta de capitán a Lío Messi. Es la foto del fútbol actual, un momento clave de la historia, el traspaso de un mando de un grande a otro grande.

Esta maravilla es distinta de aquella otra de mis años de niñez y juventud. Ahora la vemos, antes la imaginábamos.

Lo extraordinario es poder ver la imaginación, el arte, y constatar que era cierto.

Rubén Boggi