Independiente: sean eternos los laureles...

14 diciembre, 2017
Independiente: sean eternos los laureles...
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Aquella vieja mística de Santoro, Pavoni, Pancho Sá. La de Bochini, Bertoni. La del inolvidable maestro del medio campo, Pastoriza. Aquella mística la recuperó este miércoles, en el Maracaná, frente a Flamengo, el Independiente de Holan, con un puñado de pibes que vivieron por primera vez la gloria, y de esa manera encontraron la continuidad de aquellos tiempos coperos, ganando la Sudamericana.

Fue uno a uno, porque se había puesto en ventaja el Flamengo, y lo empató el pibe Barcos, con sus 18 años, de penal, firme, seguro, confiado, aplomado. Conseguido ese empate pareció que el rojo de Avellaneda ya encaraba su destino inexorable. Y fue así nomás. Con sufrimiento, claro. Con mucho trabajo. Con jugadas increíbles que podrían haber terminado en más goles, pues Emmanuel Gigliotti jugó un partidazo, e Independiente tuvo en Meza un factor permanentemente desequilibrante, y en Barcos, lo mismo, lo ya dicho, el talento y el aplomo de un veterano casi adolescente.

Independiente agregó una copa más a su vitrina, y no ha sido una copa cualquiera, sino el resultado de una campaña impresionante, que ha restaurado prestigios que se creían perdidos, laureles que parecían mustios, y que ahora reverdecen junto al rojo, la esperanza y la pasión, todo junto, en este maravilloso juego que afortunadamente se sigue llamando fútbol.

 

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