La crispación del MPN en medio del ascenso de Macri

7 octubre, 2017
La crispación del MPN en medio del ascenso de Macri
gutierrez-macri-quiroga
gutierrez-macri-quiroga

Mauricio Macri ha logrado instalarse en el centro de la escena. Para bien o para mal, según opine quien lo sigue o quien lo enfrenta, el Presidente solo espera un buen resultado en las elecciones del 22, algo que todavía resta confirmar. Esa posición incide por supuesto en Neuquén como en otros distritos. Pero como estuvo el viernes aquí, los efectos han sido inmediatos y fulgurantes. Sobre todo en el MPN.

El partido provincial está trabajando duro para intentar remontar una campaña que está peleada con las encuestas. Pero desde su mismo seno siguen las señales inquietantes, esas que prometen que el mismo 23 comenzará otra historia. La senadora Lucila Crexell sintetizó el momento con desparpajo sólo concebible en quienes están decididos a cuestionar el poder interno para hacer más grande su propia base de sustentación. Pronosticó un mal resultado en los comicios para su partido. Casi un sacrilegio. Hace una semana, se había sacado una foto muy amistosa con su colega del Senado y del partido, Guillermo Pereyra. Los ánimos empiezan a encresparse. En este contexto, Jorge Sapag, con esporádicas intervenciones, juega como una pieza decisiva para el oficialismo. Habla de “mis adversarios”. El MPN va camino a una gran interna, dicen todos.

Omar Gutiérrez parece, mientras tanto, concentrarse más en su gestión y en los resultados, como evidenciando que mientras los demás juegan, él está laburando en algo muy concreto. Desde la política, es el único camino viable que tiene, por otra parte. ¿Cómo construir poder sin gestionar cuando uno es gobernador? Desde el entorno gubernamental, cada vez más cerrado (irónico cuando se había empezado como un “gobierno de puertas abiertas”), se reafirma que el mandatario acrecentará sus jugadas fuertes antes de fin de año. Dicen que la pretendida ingenuidad –por algunos, atribuida a la gestión- no es tal; sino apenas una proyección inteligente de cómo evolucionará el país en los próximos dos años. “Omar, dicen, está muy enfocado en lo que viene”. También se dice que habrá una relación más sólida con el macrismo. En el MPN nadie come vidrio cuando se trata de gobernar. Pero…la interna… ¿podrá ser manejada sólo con éxitos gubernamentales?

Rolando Figueroa, mientras tanto, ocupa un lugar discreto en la escena. Estuvo muchos días en el norte, su lugar de retiro espiritual, como cargando las baterías. De eso también se habla, claro. Nadie duda de la popularidad del vicegobernador. También es conocida su posición crítica hacia aspectos centrales de la actual política nacional. En el juego de tronos del MPN jugará también Figueroa, y hay que tener en cuenta cada uno de sus gestos.

También hay que observar lo que se prepara un poco en las sombras, otro poco en la luz indisimulable de las vísperas. Dicen que las internas del año que viene del partido serán en noviembre. Hay un grupo que ya está trabajando sobre la base de una candidatura que sorprenderá a más de uno. Es la que –afirman- anunciará en algún momento que considere propicio Luis “Toti” Manganaro, el referente que volvió hace poco a la provincia sin ocultar su intención de jugar fuerte en la realidad política. Esa construcción está en marcha, y hay varios “ex” de gestiones fuertes del MPN que están poniendo allí, ladrillo sobre ladrillo, para ser una opción el año próximo.

Todo esto se alimenta de la centralidad de Macri en la escena, que podrá o no ratificarse el 22. Hay una ineludible tentación: ubicar el escenario como una réplica de la década del ’90, pero con el peronismo corrido de eje, condenado a ser una variante de izquierda, algo que –cuando no está en el poder- le incomoda, lo acota, lo reduce. En Neuquén, quien mejor sintoniza esa onda es inevitablemente el sector que sigue comandando Horacio Quiroga. Lo liberal le sienta bien, siempre y cuando aplique como oposición al populismo. ¿Saldrá fortalecido el intendente capitalino de los comicios del distrito? Tal como está la campaña, parece que puede ser posible, porque los votos tienden a concentrarse en no más de tres fuerzas centrales. Una es la propia, la otra el MPN, la tercera…el peronismo, que no es solo el kirchnerismo, sino ya el post-kirchnerismo. Una posición que lidera con claridad Marcelo Zúñiga, el primer candidato a concejal, un hombre que fue funcionario del gobierno anterior (delegado de Trabajo) pero que no duda en afirmar que no está casado con Cristina, sino con el movimiento político que alumbraron Perón y Eva Perón, en la posguerra del siglo veinte.

En este contexto, el resultado que arroje el 22, tanto en los comicios nacionales como capitalinos, pesará en ese campo en decisiones importantes rumbo al 2019. No hay que descartar la posibilidad de una nueva candidatura a la gobernación de Horacio Quiroga. Si no se concreta, será solo por una cuestión personal. Pero podrá tener todas las fichas si Cambiemos consigue un triunfo en los dos frentes neuquinos. En ese hipotético caso, el proceso político de gobierno en Neuquén será muy interesante de evaluar y analizar, pues la provincia podría entrar en una sintonía poco frecuente hacia realizaciones en obras e inversiones con el aval nacional, y Vaca Muerta como principal herramienta.

Esto instalará seguramente una gran discusión sobre el rol del Estado. Particularmente en su relación con los gremios. El “palito” que le tiró Macri a Omar Gutiérrez y Alberto Weretilneck por la no adhesión de ambas provincias a la nueva Ley de ART, una iniciativa tomada en el rumbo de acotar la “mafia” vinculada a sectores sindicales, fue significativo. En realidad, es lo que preanuncia las diferencias que Macri comenzará a destacar con el largo proceso hegemónico del peronismo. Y el MPN, no hay que olvidarlo, ha sido más peronismo en Neuquén que el propio Justicialismo.

Rubén Boggi

 

Te puede interesar
Últimas noticias