Crexell inventa el salario compartido

La senadora tuvo una idea: que el Estado se meta decididamente (aún más) en la vida de las personas, en procura de garantizar ecuanimidad, en este caso, en los matrimonios. Así, imaginó, y presentó, un proyecto para que los empleadores tengan la obligación de acreditar 30 por ciento del salario del empleado/a, en una cuenta del cónyuge/a.

La medida se aplicaría solo en casos en que el consorte/a esté desocupado/a, es decir, en el caso de no tener trabajo. También juega en la escena el tema de los hijos, menores o con discapacidad. Habrá que ver, si se hacen mayores precisiones u otros/as legisladores/as aportan más singularidades a la idea.

“La intención es brindar un paraguas de protección a las mujeres amas de casa, y también a aquellos hombres que desarrollen tareas en el hogar, al garantizarles la posibilidad de disponer de una parte del ingreso familiar sin estar completamente supeditados a la discrecionalidad del cónyuge para hacer uso de dichos ingresos”, explicó, según su oficina de prensa, la senadora Lucila Crexell, autora de la idea.

De prosperar tal iniciativa, habrá que revisar toda la cultura argentina y fundar un nuevo paradigma, en el que el Estado hace lo que cada persona parece incapaz de hacer, según la visión de quienes, supuestamente, están más esclarecidos que el resto.

Muchos, probablemente, preferirán trabajar de consorte.