La ley electoral cambia, pero no mucho
Hubo acuerdo en dar despacho a la reforma electoral en la comisión “A” de la Legislatura neuquina, y ese acuerdo se llevó puestas las expectativas de máxima que había al respecto: la reforma será moderada, con la continuidad de algunos “vicios” democráticos, como las listas colectoras o espejo (nada se dice al respecto, manteniendo el sistema vigente, por ende), y como gran novedad, la incorporación del voto con boleta única electrónica.
La otra novedad, previsible, es la equiparación de géneros. Deberán intercalarse en las listas un candidato por género distinto. ¿Cómo se establece el género de la persona? La ley será clara: es el que figura en el Documento Nacional de Identidad.
Este medio había anticipado que la base del acuerdo para tener los votos necesarios, era la continuidad de la posibilidad de armar listas “colectoras” o “espejo”. Son técnicas electorales que habían sido criticadas y cuya eliminación se había prometido. Pero la realidad será otra, y todo quedará al arbitrio de lo que quiera hacer cada partido, instituciones a los que se les ha revalidado la total autonomía.
“Los partidos políticos son instrumentos necesarios y fundamentales para la formulación y realización de la política provincial. Les incumbe de manera exclusiva la nominación de candidatos para cargos públicos electivos”, dice el proyecto, de manera tajante.
El tema de la equiparación entre géneros está convenientemente reflejado en el artículo 69 dl proyecto de ley. Se establece allí que los candidatos se irán intercalando por género, del primer titular al último suplente, “de modo tal que no haya dos del mismo género consecutivos”.
La identidad de género del candidato será determinada por su DNI. A los efectos legales, vale acotar, el documento acepta solo dos géneros: masculino o femenino, más allá de toda la diversidad que tanto se ha publicitado por el establishment político social en Argentina en los últimos años.
