Las risas de la alegría emepenista resonaron en la Universidad
Como en la política espejada de los tiempos de enfrentamiento entre Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la capital, y Cristina Fernández, capitana de Olivos y la Rosada, en Neuquén hay una sutil (a veces) y no tan sutil (otras) guerra política entre el MPN y el incipiente Cambiemos que pretende liderar Horacio Quiroga.
El Gobernador y el Intendente se llevan muy bien en lo protocolar e institucional, pero son al mismo tiempo adversarios políticos. El primero, es el presidente del MPN. El segundo, quiere comandar Cambiemos a partir del 9 de este mes, cuando se oficialice en un acto del que se ultiman los detalles, su presentación neuquina.
El contexto explica, aunque no sea vinculante, las alegres risas que desató la visita de Gutiérrez y buena parte de sus principales colaboradores a la sede central de la Universidad Nacional del Comahue, para visitar al rector Gustavo Crisafulli, y dejarle a modo de regio presente 1,5 millón de pesos para terminar el nuevo edificio de la Facultad de Economía y Administración, en donde no solo obtuvo el título el actual gobernador, sino también el actual vice, Rolando Figueroa, y otros referentes importantes de la nueva camada de dirigentes del MPN.
Crisafulli mantiene con Horacio Quiroga una confrontación bastante dura, nacida de la negativa académica para abrir al tránsito capitalino una calle con el sugerente nombre de Libres Pensadores, en homenaje, seguramente, a esa raza en extinción en la especie humana. El rectorado entiende que Quiroga, más que abrir una calle, quiere abrir negocios inmobiliarios. El Intendente, probablemente piense que el kirchnerismo le quiere cobrar una traición.
Lo cierto es que este viernes 2 de septiembre de 2016, primera celebración del Día de los poetas en Neuquén, fue testigo de otra obra maestra de los líricos gestos con los que se enmascaran las intenciones políticas, muy frecuentemente, por estos lares. Con elegancia y fundamento, Gutiérrez dejó en claro que la Universidad no se toca, al menos mientras haya MPN. Acompañado de risas y abrazos por una familia que no suele expresar tanto amor hacia un partido al que mira con desconfianza, se paseó por el “campus” como un monarca pasea por sus jardines.
Quiroga, más plebeyo en estas cuestiones, miró desde lejos la jugada, y seguramente estará preparando la respuesta.
Rubén Boggi
