Despersonalizar, una jugada con poco de ingenuidad

25 julio, 2016
Despersonalizar, una jugada con poco de ingenuidad
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La anunciada, y concretada en proyectos de ley y ordenanza, “despersonalización” de la publicidad estatal que impulsa en plena segunda fase el gobierno de Omar Gutiérrez, tiene su costado práctico y directo, que es presionar sobre la estrategia del intendente capitalino, Horacio Quiroga, y sus eventuales socios, explícitos u ocultos.

Quiroga no solo publicita sus actos de gobierno con su nombre destacado, sino que de hecho ha construido cuatro gestiones alrededor de su figura, con partidos políticos variados, y sin crear nunca una estructura política “despersonalizada”, sino todo lo contrario.

El MPN pergeña así una jugada interesante, difícil de criticar, y poco ingenua aunque lo parezca. Coincide con una etapa de cambio evidente, en donde se persigue la noción de imponer equipos por encima de las individualidades, y también revalorizar la importancia del partido político como institución de la democracia, algo en lo que el partido en el poder neuquino les lleva varios cuerpos de ventaja a los demás.

La iniciativa se pone a rodar en un campo distrital, el neuquino, lleno de dificultades institucionales en lo que a partidos políticos se refiere. Dejando afuera el MPN, que no solo está en el gobierno sino que alimenta todos los días sus más de 100 mil afiliados, el resto es papel pintado por la escasez. El PJ y la UCR son las únicas organizaciones con alguna estructura desarrollada en superficie; aunque actualmente estén deterioradas en su funcionamiento.

El PRO sigue siendo por ahora una semillita que tendrán que regar mucho; el NCN creado por Quiroga desmaya en cantidad de afiliados, que no ha variado mucho desde su creación. El resto de los partidos políticos tienen que revalidar su condición con los padrones cada vez que hay elecciones a la vista. Están ahí, raspando el fondo de la cacerola.

Por ende, y con la reforma política a la vista, el MPN puede despersonalizar sin problemas y aún con ganancia, pues tal vez le convenga al menos una coyuntura en donde el todo sea más importante que la parte. No es lo mismo para los demás, partidos basados en uno, dos ó tres dirigentes con carisma, más que en una estructura sólida, orgánica y representativa, como eran (en otras épocas) los partidos políticos.

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