El MPN, y un viaje fulgurante de Scioli a Macri

4 noviembre, 2015
El MPN, y un viaje fulgurante de Scioli a Macri
G.P - Macri Presidente_05
G.P - Macri Presidente_05

Actualizamos aquí un panorama de la cambiante realidad política neuquina, a solo 18 días del balotaje que instalará el escenario nacional más interesante (e inquietante) de las últimas décadas.  Veamos:

La movida pro-Macri con innegable connotación en la interna del MPN es realmente llamativa. Habla de la tremenda flexibilidad existente en el amplio partido-movimiento, pero también de cómo se aprovechan circunstancias para reposicionarse, volver a tomar el tren perdido y seguir en competencia, incluso con posibilidades de llegar a donde no se pensaba. El martes, alrededor del poderío de Guillermo Pereyra, se juntaron los referentes de la nueva movida pro-Cambiemos. Estuvieron Claudio Andreani, Hugo Righetti, Hugo Rauque, Jorge Allende, Enrique Campos, y varios referentes partidarios más. No estuvo José Brillo, pero es el nombre que suena más fuerte en el panorama macrista emepenista, por el hecho de su relación previa de trabajo con equipos técnicos de Macri, relación profunda, cuyos principios hay que buscarlos en los tiempos incipientes de aquella campaña presidencial de Jorge Sobisch, entre el 2006 y 2007, cuando el MPN hizo su primer contacto con el ahora aspirante a la Presidencia y estrella del nuevo firmamento coyuntural argentino.

Los profesantes de la nueva fe emepenista en el curioso liberalismo macrista (una nueva ensalada liberal-peronista-conservadora) no tienen dudas en participar en todas las movidas que se organicen en la campaña, por lo que habían comprometido su presencia en el gran encuentro de Cambiemos previsto para este miércoles, que contaba con la presencia de Hernán Lombardi, y que se había organizado con el propósito de aglutinar a macristas de la primera hora, partidarios de Sergio Massa ahora aggiornados con el porteño candidato, gente de la UCR que cada vez se convence más de que el camino abierto no tiene retorno, y otros recién llegados al nuevo menú disponible. En estos cenáculos se tiran nombres y se hacen especulaciones revestidas de seriedad.

Se dice por ejemplo que el secretario o ministro de Energía en un hipotético gobierno de Mauricio Macri será Juan José Aranguren, el ex CEO de Shell que estuvo mucho tiempo enfrentado con el kirchnerismo, y que después decidió dedicarse por entero a la política apostando al candidato de Cambiemos. Se reconoce que José Brillo ha trabajado muy cerca del equipo liderado por Aranguren, pero no se asegura si tendrá un puesto en ese equipo, o si será funcionario del equipo de gobierno que integrará, después del 22, el gobernador neuquino electo, Omar Gutiérrez. Al respecto, se ha mencionado como posible integrante del nuevo gobierno a Pablo Bongiovani, que no ocuparía su banca en la Legislatura, sino el excitante puesto ministerial del área social, un puesto clave según los planes que prepara Gutiérrez para su gestión. Hay más nombres, algunos que pueden producir alguna sorpresa por su anterior trayectoria en gobiernos del MPN, pero la prudencia informativa indica que todavía no es el tiempo de revelarlos.

En este contexto, no se le asigna mayor importancia a la aprobación del nuevo presupuesto, porque se entiende que en esta singular coyuntura cualquier proyección de recursos y gastos es casi ficcional, una aproximación que puede cambiar drásticamente no bien la nueva realidad comience a evidenciarse. Por eso, el debate inexorable en la Legislatura será un duro ejercicio de política-ficción, apto para grandes discursos pero con poca sustancia. El presupuesto presentado está atado a variables que no pueden asegurarse en el corto plazo. Por ejemplo, el precio del petróleo, que se ha proyectado a 77 dólares el barril, precio sostén nacional que no se sabe si durará más allá del 10 de diciembre. Para el gas se ha estimado un precio de 3 dólares: tampoco  se sabe qué sucederá. El dólar se ha estimado en 10,60 pesos, solo porque el presupuesto nacional tiene esa estimación, pero no se sabe cómo y cuánto cotizará con el próximo gobierno. También se ha proyectado un auxilio de 600 millones de pesos para el ISSN, cuando se sabe que la cuestión deficitaria de la caja de jubilaciones exige, más que dinero, soluciones duraderas. Y un socorro extra de 470 millones de pesos para el Poder Judicial que solo puede arrojar sospechas sobre la relación política entre poderes, ya que la Justicia tendría que cuidar su autarquía de mejor manera y no depender de socorros del Tesoro manejado por el Ejecutivo.

 

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