Neuquén despierta, entre inquietud y esperanza

24 octubre, 2015
Neuquén despierta, entre inquietud y esperanza
gutierrez festejo-cesar caceres
gutierrez festejo-cesar caceres

¿Qué país, que Neuquén viene después de las elecciones? Hay coincidencia, bastante generalizada entre los observadores y analistas, que habrá una asunción inédita de realidad, una dosis brusca de conciencia apurada desde la misma necesidad de los próximos gobiernos.

Nadie querrá gobernar sobre bases ficcionales, sobre todo si esos falsos cimientos auguran sólidos edificios que en realidad se pueden caer con la brisa del aleteo de una mariposa. Por lo tanto, será ineludible que tanto en el país como en Neuquén se asuma que la situación no es fácil, que la economía necesita ajustes rápidos. En definitiva, se consagrará, con mayor o menor empeño, el fin de un ciclo.

En Neuquén es un secreto a voces que se esfumó la tranquilidad de las cuentas públicas. Quebrado el propósito inicial de asegurar el financiamiento con la emisión de bonos en dólares, por ahora hay solo incertidumbre y espera. Nadie puede decir cómo se pagarán los salarios incrementados por el aguinaldo a fin de año. Es casi obvio que se pagarán, pero el cómo pertenece todavía al reino de las especulaciones.

Traduciendo esta incertidumbre a cada Municipio, también es claro que la mayoría de los nuevos intendentes asumirán en medio de un hervidero de billeteras vacías, salvo los pocos que tienen finanzas seguras, como Neuquén o Cutral Co, que no por nada se ofrecen como una vía política alternativa para el futuro provincial.

Así las cosas, Jorge Sapag, centro de especulaciones políticas que comenzarán a develarse este domingo, prepara con Omar Gutiérrez el presupuesto del año próximo, muy conciente que se ha trabajado todo el año con presupuesto prorrogado, la mejor prueba de la incertidumbre financiera que ha dominado el 2015. Dentro de ese presupuesto, se pretende sembrar la semilla del ajuste del gasto público, que tiene infinitas ramificaciones recortables. Entre ellas, la del déficit del Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN), que no es rojo de la obra social –que anda bien- sino de la Caja de Jubilaciones –que anda mal- aquejada por el incesante incremento de pasivos, es decir, jubilados, sin que se aumenten los ingresos en la misma proporción.

Mientras se sigue con la perorata del futuro luminoso de Vaca Muerta, Chihuido, y otras inversiones de infraestructura productiva, se pondrá un mayor énfasis en la economía práctica del presente. El MPN es conciente que atravesará otra vez un ciclo de bolsillos exiguos, y que esto provocará un fuerte cimbronazo en su estructura de casi infinita amplitud. Las miradas están depositadas en el factor político, que comienza ya a ser importante desde la dualidad del poder que representarán Gutiérrez y Rolando Figueroa. Habrá, esto es seguro, dualidad dentro de la proclamación de unidad, como la ha habido hasta ahora, sin que tuviera mayor importancia porque ambos todavía no están en el poder. A partir del 10 de diciembre, estarán, serán ellos los administradores de los dos poderes políticos importantes de la estructura del Estado. Se anticipa que será una relación de permanente exigencia entre ambos. Porque al menos uno de ellos piensa obsesivamente en la gobernación del 2019, y en construir poder interno a partir de ese objetivo político.

De cualquier manera, y sea como sea la estructuración del futuro cercano, el factor más poderoso, el que dominará el escenario, es el del aire fresco, el de la renovación del poder político nacional. El país respirará un clima distinto, pues la Rosada tendrá un inquilino distinto, y comenzará a disiparse la sensación –ciertamente opresiva- de la continuidad con amague de eternidad de las mismas caras, los mismos gestos, las mismas palabras, y la repetición inevitable de aciertos y errores teñidos por un solo enfoque, una sola realidad, impostada, como son siempre las realidades mentirosas de los círculos áulicos, en los que se encierra inexorablemente el poder, cuando dura más de la cuenta.

El aire fresco traerá asimismo desencanto y alarma, pues nada será fácil para los próximos gobiernos. Para el pueblo tampoco, aunque está acostumbrado a sortear obstáculos en el afán de transitar caminos de felicidad y satisfacción humanos.

Rubén Boggi

(Foto: Jorge Cáceres)

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