El Milagro no pudo ser

17 junio, 2015
El Milagro no pudo ser
Milagros
Milagros

El miércoles pasado los medios y las redes sociales se hicieron eco del caso de Milagros, una perra callejera de la ciudad de Centenario que hasta el momento no era más que eso, un perro como tantos otros en la ciudad deambulando en busca de alimento.

Pero milagros desde ese día tuvo un nombre, gente a su alrededor cariño y atención aunque también fue ese día cuando terminó de conocer el dolor, la indiferencia y la maldad del hombre.

Ese miércoles en la calle San Pedro del barrio Mirador Milagros atacó a un perro que seguramente se habría acercado a sus diez cachorros que estaban junto a ella, a los que cuidaba y alimentaba a pesar de su desnutrición. Y a partir de ese momento empezó su pesadilla. Tras la pelea de los perros un hombre disparó sin piedad alguna contra ella, contra la mamá y sus cachorros, según cuentan en defensa de su perro. Mili quedó herida, ensangrentada y acurrucada esperando ayuda.

La noticia llegó rápido a los diarios, a la radio y a la televisión, ese hombre que salió a disparar es un oficial de la policía, un agente de seguridad, un oficial que supuestamente estaba capacitado para usar su arma reglamentaria de manera responsable y profesional. No fue este el caso, pero desde ese momento el oficial Maximiliano Mellado fue pasado a disponibilidad y las fuerzas de seguridad garantizaron que se harían cargo de los gastos veterinarios que implicaría la atención de la perra.

Milagros recibió cinco balas, una de ellas fue para un cachorro que murió en el lugar. Los vecinos denunciaron el hecho y la policía acudió junto a proteccionistas del Refugio San Roque, que desde ese momento se hicieron cargo tanto de la mamá como de los cachorros. El tiempo pasaba y Milagros necesitaba atención veterinaria, y para ser atendida se necesitaba plata. Uno de los veterinarios de la ciudad no quiso atenderla, no había fondos para pagar. El tiempo seguía pasando. Las proteccionistas salieron corriendo y mostrándole a los chacareros la perra ensangrentada lograron traspasar el corte del puente y llegar a manos de Federico López, un veterinario de Cinco Saltos.

Seis horas bajo anestesia superó una cirugía a pesar de su bajo peso, su cansancio y su maltrato. El pronóstico no era el mejor pero había esperanzas. Había perdido un ojo, la alimentaban mediante una sonda nasogástrica ya que su mandíbula y lengua fueron alcanzadas por los proyectiles. Milagros, que desde ese momento se llamó así, estaba viva.

Pasadas las horas recibió algunas visitas, entre ellas dos de sus cachorros a los que amamantó a pesar de su dolor. Pero pasados los días las noticias que desde el Refugio se leían no eran alentadoras, su estado no mejoraba. Las energías no eran suficientes, los rezos parecían no alcanzar y las velas se iban apagando lentamente, hasta que casi una semana después, el martes 16 de junio ese esperado Milagro no pudo ser. (VL)

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