Intifada, sindicatura y Robin Hood a la neuquina

23 abril, 2014
Intifada, sindicatura y Robin Hood a la neuquina

En un céntrico lugar de encuentro de la capital neuquina, el habitual grupo de periodistas que suelen comentar de manera crítica la realidad, se reunió para compartir café y medialunas, en una charla sin censuras.

El primer tema que se tocó fue el de los colectivos. Después del temporal, el servicio quedó más cuestionado que antes, porque de hecho se resintió ante la sola evidencia del mal estado de muchas calles y los cambios de diagrama de recorridos que hubo que hacer obligadamente. Pero lo que llamó la atención es una amenaza que se ha hecho correr en las paradas más populosas. Sin acudir a redes sociales ni otras sofisticaciones, comenzó a mencionarse la posibilidad de una “intifada” contra los pobres colectivos de Indalo. Dicen que si no se corrigen las frecuencias para hacer que cada unidad llegue a horario como corresponde, comenzarán a llover las piedras para recibirlas. El asunto intimida, aunque no esté probado que se concrete, porque si hay algo a mano en Neuquén para usar como arma, son precisamente las piedras, tal como se ha probado en innumerables ocasiones.

En el mismo contexto, se mencionó la iniciativa del cada vez más entusiasta interbloque de la Coalición Cívica-ARI y Libres del Sur, de provocar una directa intervención de la Sindicatura municipal para corroborar el estado de la flota de colectivos del servicio urbano. Los concejales apuntan a un costado flaco de la empresa: la cantidad de colectivos nuevos es mínima, y la mayoría está integrada por máquinas con cierta antigüedad, y un presente un tanto precario. Lo cierto es que la Sindicatura no está en su mejor momento, porque estalló un bombita político-institucional en su seno, cuando los vocales Sandro Blanco y Eduardo Benko promovieron la remoción de la contadora Mariel Pérez, la presidente del organismo, aduciendo nada menos que malversación de fondos. Por otra parte, se razonó en la mesa de café, no haría falta que desde el Deliberante se instara al control de la sindicatura sobre el servicio, pues se supone que la sindicatura controla, o debería controlar, todo lo que hace al Municipio. En este caso, la empresa de transporte debería ser controlada por el Municipio, y a su vez, por la sindicatura también, de manera indirecta pero concreta. En definitiva, quedó la sensación de que la iniciativa del entusiasta interbloque fue pour la gallerie, como se dice en mal francés.

También se comentó la firma del Pacto Eléctrico, que suscribió el gobernador Jorge Sapag con el ministro de Planificación –cada vez más corrido del centro de la escena del gabinete de Cristina Fernández- Julio De Vido. Se apuntó que en realidad ese convenio perseguía originalmente el propósito de hacer converger en una sola todas las tarifas eléctricas del país, que están sujetas actualmente a singularidades de cada región. Los parroquianos del café coincidieron en destacar el carácter anacrónico de la iniciativa, en un contexto de fuerte inflación, de poca inversión, y de crisis evidente en un sector en el que el Estado argentino dicen que le debe a Cammesa, el organismo administrador creado desde las privatizaciones de la década del ’90, unos 20 mil millones de pesos. Es decir, las empresas son acreedoras del Estado, en razón entre otras cosas del pronunciado atraso tarifario. Si se contextualiza en la realidad neuquina, la iniciativa cae en medio de la controversia entre el EPEN y las cooperativas, que es más o menos lo mismo que decir entre el gobierno provincial del MPN y los municipios no emepenistas. “Quiroga no adhiere a ese pacto, ni loco”, se aseguró. Aunque al mismo tiempo la presunción es que algo deberá hacerse para acercar posiciones entre las cooperativas y el gobierno provincial, porque así como están las cosas, no se va a ningún buen puerto, sino todo lo contrario.

No fue posible, entre los integrantes de la mesa, calificar de otra manera que como una chicana sin mayores posibilidades de llegar a ser realidad, la propuesta de cargarle a los supermercados Coto el costo de financiar las obras de ensanche del corredor vial Leloir-Dr. Ramón. La iniciativa, formulada con verba inflamada por el concejal Ariel Kogan, tiene una fuerte carga complaciente con el sentir popular al estilo Robin Hood, es decir, sacarle plata a los ricos para complacer a los pobres. Pero Neuquén no es el bosque de Sherwood, y en pleno ejercicio del posible boom petrolero del Shale, el abuso de la ahora popular Responsabilidad Social Empresaria (RSE) es una tentación no siempre eficaz. Se coincidió en este sentido que el debate político terminará con más o menos diferencia alrededor de la propuesta oficialista, que es la de vender terrenos del Municipio para costear el ensanche, que saldrá según las previsiones unos 45 millones de pesos. Por otra parte, se habla poco de lo que contribuiría a solucionar buena parte del problema: la concreción de la vinculación vial para usar el tercer puente, problema irresuelto hasta ahora por el gobierno nacional, Vialidad Nacional, OCCOVI, y no de ahora, sino desde el año 2007, cuando se licitó y adjudicó dicha obra. Por esa vía, podrá desviarse el tránsito pesado, que por ende dejaría de pasar por el corredor urbano. No hay ciudad que resista el paso continuo de grandes camiones. Sobre todo en pleno renacimiento petrolero, cuando esas máquinas empiezan a abundar.

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