El MPN ¿recupera vigencia?

30 diciembre, 2012
El MPN ¿recupera vigencia?

Neuquén comenzará el 2013 con dos anuncios que podrán o no hacerse realidad, pero que al menos consolidan el desarrollo de ese necesario puente entre lo que fue y lo que puede ser. Ambos tienen como punto en común a la empresa YPF, la expropiada por el Estado a Repsol, en la que tiene poco más de 10 por ciento de acciones; y tienen que ver con las inversiones que despertarán el renacer petrolero.

Los dos grupos empresarios que anunciaron inversiones son el estadounidense Chevron, uno de los gigantes de la industria –que prometió comenzar con la perforación de 100 pozos y una inversión total a largo plazo de 15.000 millones de dólares- y el nacional Bridas, de los Bulgheroni, parte de Pan American Energy, que prometió otros 100 pozos con una inversión inicial de 1.500 millones de dólares en cinco años.

Está así en los papeles proyectados la concreción de los anuncios realizados por el gobernador Jorge Sapag: Neuquén tendrá unos 200 pozos perforados ó a perforar para sumar a lo largo de 2013, en Vaca Muerta, el gran potencial del shale neuquino. Son papeles, son proyectos, pero son algo más que lo que había al fin del 2011, cuando la situación era potencialmente más peligrosa para la provincia.

En el caso de Chevron, resta aun el acuerdo definitivo con la YPF que conduce con esfuerzo Alfredo Gallucio. El CEO ha debido enfrentarse con los fundamentalistas de la doctrina nacional y popular, como Axel Kicillof, y por ahora viene ganando posiciones, en desmedro del joven de las patillas y el verbo encendido, que tempranamente ha comenzado a declinar y a tener un perfil menos protagónico.

Los 200 pozos que estarán, si no pasa alguna catástrofe política en el medio, comenzarán a hacer realidad la nueva utopía petrolera de Neuquén y del MPN. Según los entusiastas propaladores de la nueva fe, se generarán unos 20.000 nuevos puestos laborales, que se pretende sirvan para emplear neuquinos, para lo que se prepara una campaña que propiciará la capacitación de mano de obra, porque la industria es exigente y si no hay en el mercado laboral, la traerá de “afuera”.

El “afuera” ha pasado a ser un elemento peligroso para el partido que ha gobernado medio siglo, porque lo que en principio fue motivo de orgullo y progreso, ahora puede transformarse en aluvión que desplace las grandes masas postergadas que crecen en preocupantes franjas de ignorancia y marginalidad a la sombra de las torres petroleras.

La “shale-política” crece así en la esperanza de una nueva renovación del gen emepenista. La dirigencia aglutinada alrededor de Sapag ha comenzado a creer en el futuro otra vez, después de la decepción de Chihuido I, por ahora enterrado por la propia presidente Cristina Fernández, en medio de una ordalía de indecisiones energéticas.

Lo cierto es que si el MPN consigue mostrar resultados más o menos concretos –no sólo proyectos o anuncios de inversiones- probará la tesis de nuevo desarrollo petrolero y de provincia esencialmente energética; y con ello, si mejora algunos indicadores sociales que están preocupándolo, podrá realimentar su infatigable vocación de poder.

Esto tiene plazos. El mismo Sapag los ha esbozado: apuesta fuerte a modo de ensayo en el 2013, con la relatividad de que se eligen cargos parlamentarios; apuesta redoblada ya con algunos resultados para mostrar en lo concreto en el 2014; en ese contexto, posible reflote de la enmienda o reforma constitucional, para posibilitar una re-re que, tal vez y solo tal vez, no sea tan mal vista como lo es ahora.

No será fácil, no será un campo de orégano. La ingeniería futurista es más un arte ficcional que un método concreto de hacer cosas. Y el gran peso de ese futuro posible está afirmado en lo que más allá de los anuncios continúa siendo una teoría, como es el eventual derrame de beneficios sociales que garantizaría un exponencial crecimiento de la producción de gas y petróleo, para un país que consume sus ahorros y su propio bienestar importando energía a un alto costo, para una provincia que agota recursos intentando mantener el modelo de bienestar atado a la renta estatal con alto porcentaje de empleo directo.

En este contexto, el año cierra para el MPN con cierto tono positivo. No da, tal vez, para la celebración. Sería casi obsceno celebrar algo, en una sociedad que vive a diario las llagas de una democracia imperfecta y todavía precaria, en donde la mentira es la única verdad, a tal punto que hace difusos sus márgenes e imposibles sus certezas.

Pero es bueno apuntarlo como una característica de la realidad política de fines del 2012 y principios del 2013: el MPN dará batalla todavía, es de temer para sus adversarios.

¿Habrá opciones electorales? Por supuesto. Pero de eso, comenzaremos a hablar más detalladamente en la próxima.

Rubén Boggi

 

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