Sapag, Quiroga, una batalla incierta

4 noviembre, 2012
Sapag, Quiroga, una batalla incierta

Entre el obstinado optimismo de dientes apretados del oficialismo, y la desesperanza apocalíptica de la oposición, el país se prepara para fechas futuras que evocan casi con displicencia tragedias tremendas de principios del tercer milenio. El 8N para los opositores al kirchnerismo, el 7D para el gobierno, son caricaturas, exageraciones de la cultura nacional más berreta, la que se hace y construye en la fragua mediática, virtual, en Facebook y Twitter, en esa falsificación permanente de la realidad.

En Neuquén se acompaña el desconcierto con pocas certezas y cada vez más dudas. Aquí hasta las tragedias se miden en función del proceso que llevará a determinar quién administrará esa caja de 12.000 millones de pesos al año, que puede estallar en cualquier momento pero que ejerce una fascinación suprema.

Ya se ha dicho lo que se tenía que decir respecto de la tragedia del supermercado. Desde el placer morboso por el drama, la política se hace más intensa, y hasta pareciera preocupada por la esencialidad de su propio ser. Hay que desconfiar de este rapto humanista en el ejercicio de la ciencia más descarnada que ha inventado el hombre, porque cada vez que se muestran rasgos sentimentales y pasionales, el engaño se agazapa en cada gesto, en cada lágrima virtual que moja el ciberespacio de los 140 caracteres.

El martes, el equipo político de Horacio Quiroga plantó su trinchera preventiva ante la posibilidad de una batalla engañosa. Dijo que el MPN tenía un pacto con los sindicatos estatales, con el propósito de alentar el juicio político, la destitución y la proscripción del hombre que podría ganarle en el 2015.

Fue a la vez defensa y ataque. Prudencia y osadía.

El miércoles, el MPN, que según el gobierno municipal se había reunido antes con el ministro Guillermo Coco, salió a enfriar el tema del juicio político, y a enfatizar que las denuncias sobre falta de presentación de documentación de obras públicas de la provincia, incluida las de la Casa de Gobierno, era una mentira, o al menos una tergiversación.

Los concejales destacaron que no fueron a la reunión que se iba a hacer y que no se hizo, con el intendente, porque la “única manera” de actuar era evaluando documentación solicitada por escrito a través de un proyecto de comunicación.

Al cabo, esto fue lo que pasó después en la sesión del Concejo Deliberante. Se respaldó la comunicación, y eso fue todo. Fue, también, un acto de simulación política, necesario en la coyuntura para las fuerzas en pugna, pero no por eso menos engañoso: la verdad es que la herida que abrió la tragedia del supermercado agigantó el nivel de confrontación entre el MPN y el NCN.

Dicen que Horacio Quiroga llamó personalmente, por teléfono, por lo menos seis veces al gobernador Jorge Sapag. Matizó esas llamadas con conversaciones, también telefónicas, con secretarios y ministros que sí lo atendieron. Sapag no lo atendió. Al menos, hasta el viernes, esa comunicación no se había dado, según pudo chequear este diario.

La semana más intensa de la política neuquina desde las últimas elecciones al presente, transcurrió así sin palabras entre los dos protagonistas más importantes de la coyuntura. El Gobernador y el Intendente de la Capital, como generales en el campo de batalla, se miraron con prismáticos, a lo lejos. No hubo “parlamento”. No hubo bandera blanca. Si esto no es anticipar lo que vendrá, nada es en la política neuquina. Aquí se está jugando el escenario de los próximos tres años.

El partido de los 50 años en el poder y el que cumplirá en unos meses apenas un año de vida están destinados a enfrentarse. Y lo harán en cada coyuntura. A veces disparando a mansalva, otras veces, negociando. Guerra impiadosa y diplomacia. Guerra fría y guerra caliente.

¿Y el escenario cuál será?

Resta esperar si hay resolución del dilema económico. Cada mes que pasa, Neuquén se hunde un poco más en la incertidumbre financiera. El nivel de gasto sigue aumentando: acaba de ceder Sapag el pago en noviembre y diciembre de una suma fija, en negro, de 480 pesos. Esa misma cifra se incorporará formalmente a los salarios a partir de enero del año próximo.

Los recursos siguen cayendo, porque cae la producción petrolera. En septiembre cayó 15 por ciento, un porcentaje altísimo, realmente preocupante. Pese a que formalmente los economistas señalan que ha habido un incremento de los ingresos al Tesoro provincial, esto hay que relativizarlo por la influencia negativa de la inflación (28%) que deja esos incrementos transformados en una meseta prácticamente lisa.

Lo cierto es que el gobierno de Sapag enfrentará el tramo final del año sacando plata de donde presuntamente está prohibido hacerlo, es decir, de Fiduciaria Neuquina SA. Esos fondos no son para gastos corrientes, pero el gobierno los tomaría como crédito circunstancial igual, para poder pagar sueldos y aguinaldos.

Ese financiamiento interno, que el diario Río Negro describe como el “plan B” del ministro de Economía, Omar Gutiérrez, es provocado por la negativa del gobierno nacional de dar vía libre al endeudamiento en bonos en dólares. Cristina Fernández sigue sin habilitar ese trámite, que ya está avalado por la Legislatura neuquina.

Para decirlo llanamente: Cristina Fernández le dice no (hasta este domingo, al menos) a Jorge Sapag. No a la emisión de bonos, no al incremento en el precio del gas.

Por eso, desde el gobierno se echó a correr la versión de que ya hay acercamiento del MPN gubernamental con el peronismo no kirchnerista. En concreto, con Daniel Scioli y Sergio Massa. Dicen que en la operación trabaja el diputado “Tom” Romero y también el ex senador, intendente y actual diputado Sergio Gallia.

Es un factor de presión, pero también de supervivencia. La incertidumbre es mucha, y hay cada vez más emepenistas desesperados por querer bajarse de una carroza oficialista que parece ir inexorablemente hacia el abismo.

Este domingo, el diario Página 12 publicó una nota, firmada por Raúl Dellatorre, en la que se anticipa que YPF podría fracasar en conseguir las inversiones necesarias para desarrollar los yacimientos no convencionales, y que suplantaría esto con financiamiento propio para aumentar la producción convencional, para conseguir oxígeno en lo inmediato.

Esta es una nueva puñalada para Neuquén. Porque la provincia no tiene posibilidades convencionales (15% de caída en septiembre), y tiene toda su expectativa en lo no convencional. A tal punto que se animó a comprometer desde su propia empresa, Gas y Petróleo (G&P), exploración con más de 8 pozos con una inversión de 30 millones de dólares.

“Galuccio tiene plan B: si no consigue inversiones o créditos externos, maneja una caja propia de 1500 millones de dólares de excedentes anuales. Con eso le alcanza para ampliar la explotación en crudo convencional y mostrar resultados en el corto plazo, dejando para una segunda etapa el no convencional. Cuando YPF avance, nos arrastrará a todos en el mismo tren”  dice la nota de Raúl Dellatorre publicada en el oficialista diario porteño.

Lo que no se dice es que YPF puede arrastrar a todos hacia el progreso, pero también puede hacerlo hacia el fracaso.

Este es el galimatías a resolver por Neuquén: si ser un mero objeto arrastrado por otros, o si confiar, como tantas veces lo ha hecho, en su locomoción propia para seguir andando.

Rubén Boggi

 

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