Rutas neuquinas: futuro generoso, presente amarrete

El gobernador Jorge Sapag anticipó este viernes que sería factible, en un futuro no muy lejano y dependiendo de las circunstancias, claro, que se construya una autovía de cuatro carriles entre Centenario y Añelo.

La posibilidad no es utopía pura, pues la posibilidad del renacimiento petrolero la puede concretar, en la medida en que el shale gas y el shale oil comiencen a ser extraídos de las profundidades.

Lo que inquieta un poco no es el futuro vial, que en definitiva siempre es promisorio, salvo que se tenga un acendrado pesimismo, sino el presente.

Las rutas neuquinas y de la región en general no están para nada bien. Las que deberían haberse completado ya, para encauzar el cada vez más complicado tránsito, se demoran hasta lo indecible. Y las que se anunciaron en el pasado, para un futuro que debería ser este presente (por ejemplo, la multitrocha extendida desde Plottier hasta Arroyito, y de allí, por qué no, a Zapala) no aparecen siquiera en los presupuestos.

No se hará por ahora la conexión con el tercer puente con la autovía construida ( y terminada) con los bonos emitidos antes del 2007, y licitada en el 2006. El tercer puente sigue construido como un paseo peatonal para excursionistas, pero no sirve para derivar el tránsito pesado y solucionar el colapso de los puentes entre Cipolletti y Neuquén y la multitrocha que atraviesa el casco urbano capitalino.

La "solución" de apuro, que era conectar la autovía con la multitrocha de la ruta 7 con una rotonda más barata, para poder usar el puente Centenario-Cinco Saltos y derivar por allí el tránsito pesado, también es improbable que se haga, porque ni Vialidad está de acuerdo ya que sería extremadamente peligrosa, situación que se potenció después de la muerte de la estudiante Micaela Barra, en la rotonda de ruta 7 y la calle Doctor Ramón, que puso otra vez sobre el tapete la evidencia del peligro permanente cuando el tránsito aumenta y no se corrigen las deficiencias estructurales.

En fin. No parece que sea hora de hablar de proyectos nuevos, sino de concretar los tantos que fueron nuevos alguna vez, y hoy siguen sin poder usarse porque le faltan cinco para el peso.

Rubén Boggi