"El muerto se asusta del degollado"

12 octubre, 2012
"El muerto se asusta del degollado"

El concejal capitalino Ariel Kogan (Justicialismo) criticó por “pobre y vacío” el actual debate sobre políticas culturales y deportivas, y sostuvo que en lo concerniente a las críticas del MPN al oficialismo municipal, “el muerto se asusta del degollado”.

Kogan  dio a conocer un documento en el que analiza los motivos por los cuales el Estado “debe tener una práctica activa de promoción en materia de Cultura y de actividad física y deportiva”.

En su presentación, dijo que "es una lástima que hasta el momento éste sea sólo un debate pobre y vacío de contenido en el que no se analizan los aspectos de fondo sobre lo que deberían ser políticas de deporte y cultura".

En relación a la presentación de un proyecto del MPN declarando la “emergencia” en estas dos áreas, KOGAN sostuvo que "el muerto se asusta del degollado”.

“Nunca, salvo breves lapsos, hubo políticas de Estado en la provincia  y en el municipio. Con excepción de la gestión de Cuadrillero en deporte y de Hilda López, en cultura, más allá de que se pueda coincidir o no con sus respectivas gestiones, nunca hubo política de Estado en la materia, sólo se registraron acciones aisladas", aseguró.

El siguiente es el documento escrito por el concejal peronista:

El municipio de la ciudad y el gobierno de la provincia de Neuquén no tuvieron jamás, salvo muy cortos lapsos, políticas de Estado en materia de cultura y deporte.

Esto no quiere decir que distintos gobernadores o intendentes o funcionarios de estas áreas hayan, espasmódicamente, generado algunas acciones desde el Estado, algunas de las cuales incluso, se han mantenido en el tiempo; aunque está muy claro que de ninguna manera estas acciones constituyen políticas de Estado en estas dos materias.

Esta falta de proyectos de gobierno, no son imputables a los actuales funcionarios del orden provincial y municipal, y tampoco a sus antecesores. Son las máximas figuras de los ejecutivos quienes jamás han tenido ninguna visión global sobre la cultura y el deporte y mucho menos comprendido por que el Estado debe tener una política activa en estas dos áreas, ni mucho menos, cuáles deben ser sus objetivos, y el esfuerzo financiero y presupuestario necesarios para obtener los resultados deseados.

Los sucesivos gobernadores ni los sucesivos intendentes han comprendido que la expresión cultural de un pueblo es una necesidad individual y colectiva que genera elementos que van construyendo su identidad, que aumentan la autoestima personal y social, que también provoca arraigo y sentido de pertenencia e integración.

Por estas razones debe haber una política de Estado tanto a nivel provincial como municipal que masifique la oferta de posibilidades de expresión cultural de los vecinos.

La música, la danza, las artes plásticas y el teatro son sólo ejemplos de cómo con muy poca inversión centrada en los motivadores culturales, pueden convertirse en masivas oportunidades para la expresión de los neuquinos de todas las edades y sexos.

No hace falta esculpir en mármol ni pintar al óleo, ya que los murales urbanos permiten que al mismo tiempo muchas personas construyan una obra plástica comunitaria que además compartan con el resto de los vecinos.

No hace falta contar con muchos ni costosos instrumentos ni con salas especiales de ensayo, ya que la expresión coral de jóvenes en las escuelas, y mayores en los centros de jubilados permiten incorporar a mucha gente a la expresión musical.

En materia de deporte ocurre otro tanto. Una comunidad cuya mayor parte, en todos sus segmentos realicen actividad física y deporte de manera regular y continuada, es una comunidad que tendrá altos índices de salud, de integración social, de apego a las normas, elevación de la autoestima, reconocimiento del trabajo en equipo y del valor esfuerzo-resultado.

Estas y no otras son las razones por las cuales debe haber una política de Estado en materia de deportes, reconociendo también que el deporte constituye un elemento muy importante tanto en lo lúdico como en el uso del tiempo libre.

De esta forma, una política de Estado en materia de deporte debe tener por objeto ofrecerle a toda la comunidad, sin importar la edad o el sexo, la posibilidad de practicar deporte y actividad física. Para ello hay que seleccionar las prácticas mas adecuadas, combinadas con la utilización integral de la infraestructura disponible.

Nada de esto es comprendido ni por Jorge Sapag ni por Horacio Quiroga, ni tampoco por sus predecesores, para quienes el deporte es la figuración de algún equipo local de alguna disciplina en alguna competencia nacional o la demanda de algún barrio pidiendo una pelota para entretener a los chicos, y la cultura es traer de vez en cuando algún espectáculo o entregar algún subsidio a algún artista o conjunto.

Los roles que deberían cumplir los tres niveles del Estado en materia de Cultura y deportes, son por supuesto distintos y necesitan integrarse.

El orden municipal debe tener a su cargo la masificación de la oferta de expresión cultural y de realización de actividad física y deportiva. Una gran masa de personas realizando estas actividades es el sustento de las expresiones emergentes posteriores, cuya organización y financiamiento deben estar a cargo del Estado Provincial.

Por último el Gobierno Nacional debe organizar y financiar la excelencia.

Esto no implica que tanto el Gobierno Nacional como el Provincial no deban destinar importantes fondos para que los municipios cumplan con la principal y más masiva acción de esta pirámide.

Así como en materia deportiva el Municipio debe organizar y promover que miles de personas realicen actividad física y deportes en forma regular y permanente, el Estado Provincial debe organizar y promover el deporte federado, segundo escalón de la pirámide, y el Gobierno Nacional el Deporte de elite y alto rendimiento.

En materia cultural el municipio debería masificar los talleres de expresión cultural sin por ello dejar de facilitar el acceso popular a muestras o expresiones de artistas de calidad universal.

Por su parte el Gobierno Provincial debería ampliar las posibilidades de las personas de todas las edades que sientan vocación por las distintas disciplinas del arte y quieran perfeccionarse así como el fomento y la promoción de las distintas expresiones de la cultura de nuestra provincia y de cada una de nuestras regiones.

Finalmente es tarea del Gobierno Nacional facilitar a los talentos su proyección y la integración cultural de todas las expresiones del arte y de las regiones del país.

El problema al que nos enfrentamos es que los que tienen poder de decisión sobre el recurso económico del Estado, no logran comprender las razones por las cuales el Estado debe tener una activa política en materia de deporte y cultura.

La tarea entonces, es persuadir a Sapag y a Quiroga que una política de promoción de la expresión cultural del pueblo y de su actividad física y deportiva no constituyen un problema sino una oportunidad y no resultan un mal gasto sino una inversión positiva.

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