¿Esto es un Plan Cultural?

8 octubre, 2012
¿Esto es un Plan Cultural?
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Teresa Parodi estuvo la noche del domingo en Neuquén. Se presentó con sus excelentes músicos en el escenario levantado en el predio de la cancha del Barrio San Lorenzo, en el oeste de la ciudad.

Esta presencia fue organizada por una cooperativa de trabajo del lugar. Las personas que se encontraban vendiendo las entradas en el portón de ingreso, dijeron simplemente que pertenecían a una Cooperativa de trabajadores.

La artista correntina fue enviada desde Buenos Aires, y su cachet corrió por cuenta de la Secretaría de Cultura de la Nación. Cuatro músicos, tres sonidistas, un asistente de escenario, la manager y un acompañante fueron los integrantes de esta embajada artística que tuvo muy poca difusión previa. Lamentable, si se tiene en cuenta la envergadura y la calidad del elenco. Alrededor de cien personas asistieron al evento, a cielo abierto. Grupos familiares, señores y señoras solas con hijos pequeños y mucho alcohol fueron parte de la noche.

Teresa Parodi es una compositora y autora de enorme talento y compromiso artístico desde los comienzos de su carrera. Hoy es una figura relevante para la música popular y referente necesaria de la poesía social para las generaciones actuales y las que vendrán.

Si su obra está inspirada en la realidad social, no podía sorprenderse ante el espectáculo poco alentador de un puñado de personas bajo los efectos del alcohol que gritaban fuera del marco musical de la cantante. Una expresión de profunda convicción partía de su voz potente, dulce, firme, musical. Ritmos de chamamé fueron los elegidos para la entrega. Pero de nada sirvió tanta y tan hermosa ofrenda: el auditorio tenía solo un par de atentos oídos. El resto estaba sumergido en los efectos de la bebida incentivando una demostración de alegría que se desvanecería en minutos, cuando concluyera el espectáculo.

Una sucesión de temas no daban respiro, un comentario sobre el frío del clima neuquino, fue todo lo que Teresa pudo decir para ser escuchada con atención. La despedida fue rápida, cálida con un “cuídense” por parte de la artista, que pareció una súplica.

En el espacio reservado para su atención, Teresa se prestó a participar de un par de fotos pedidas por parte de algunas de las personas presentes. Después el traslado al centro de la ciudad para la comida y el descanso merecido.

Mientras tanto, en el escenario arremetía un grupo de músicos de cumbias con una señorita en el centro de la escena liviana de ropas y bailando con entusiasmo. La gente, poca, intentaba moverse al compás de la musa inspiradora. Los niños se dormían en brazos de sus madres o en cochecitos arropados. Los adolescentes se movían al compás del ritmo que llegaba como metralleta sonora, con vasos grandes de plástico cargados de alcohol.

La noche estaba empezando a sentir que la jornada había sido intensa. Quizás un duende se haya encargado de que el final haya sido un final de fiesta.

Guardamos en el bolsillo la entrada que tenía impreso los organismos auspiciantes del evento: Cultura de la Municipalidad de Neuquén, Cultura del Gobierno de la Provincia de Neuquén y Cultura del Gobierno Nacional. No había nadie que los representara a la vista, nadie.

Una de las mejores artistas argentinas estuvo en Neuquén. Teresa Parodi, sigue el curso de su destino de cantora, mientras que la realidad dibuja la verdad. Sobre ella solo cae el peso de una pregunta que crece con el tiempo: ¿esto es un plan cultural?

Hilda López

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