La Presidente no atiende (por ahora) al Gobernador
El gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, no consigue que Cristina Fernández, la presidente de los argentinos, lo reciba.
No es que le sucede solamente a él. Tampoco indica nada singular para la provincia, ninguna discriminación específica. Parece ser que la metodología de la Presidente se ha afirmado en un voluntario ostracismo vernáculo, en el cual muy pocos pueden entrar.
En esa intimidad política se elucubran las estrategias de su gobierno, y es muy difícil traspasar los muros que separan a la mandataria del resto de los mortales gobernantes del país.
Sapag ha intentado, se comenta, prácticamente todo para confirmar una futura reunión con Cristina Fernández. Dicen que interpeló a Carlos Zanini, uno de los del círculo áulico, y también al neuquino Oscar Parrilli. Pero la respuesta común habría sido “no quiere ver a nadie, al menos por ahora”.
Sapag tiene una larga lista de temas importantes para su gobierno que hablar con la Presidente. El más importante de todos continúa siendo el precio del gas. Este es uno de los más serios obstáculos que tiene la posibilidad de inversiones en los yacimientos no convencionales. Cada mes que pasa sin resultados es un escalón más que se baja hacia el pozo de la depresión de los recursos, y esto desespera al neuquino.
Los intentos por encontrarse cara a cara con la Presidente seguirán tras la visita a Estados Unidos. Como se sabe, Cristina Fernández ha estado muy ocupada este lunes en Nueva York, de charla con el empresario y magnate húngaro George Soros, con quien mantuvo un encuentro en el piso 54 del lujoso Hotel Mandarin Oriental.
La mandataria señaló a la prensa oficial que Soros auguró para la Argentina "un futuro muy promisorio por su capacidad agroalimentaria", pero que en el encuentro se tocaron también “otros rubros de importancia” para el país, como son “la tecnología y la ciencia".
Cristina fue llevada después a la sede del Consulado Argentino en Nueva York, ubicado en la zona del Central Park, cerca de su hotel, para recorrer la muestra "Evita, pasión y acción".
La Presidente tendría el propósito, más allá de estas gentilezas llenas de glamur, abordar el tema petrolero durante su visita, más allá de las gestiones que está realizando Miguel Galuccio, el CEO de la nueva YPF.
Ese es el sendero (contactos con EXXON, por ejemplo) que fue defendido con pasión por el neuquino Jorge Sapag, precisamente. Dicen que la Presidente podría virar hacia una posición de mucha cercanía con los capitales yanquis. Que es el momento de dejar atrás la Europa en crisis para plegarse al casi seguro resurgimiento norteamericano, de la mano de la reelección muy probable de Barack Obama.
Quién sabe si a su regreso accederá a un encuentro con el gobernador neuquino. O si, por el contrario, mantendrá la distancia, convencida de que tiene que manejar los grandes hilos en soledad, sumida en el fatal destino de los segundos mandatos.
Rubén Boggi
